El FC Barcelona afronta un duelo decisivo. Este martes recibe al Atlético de Madrid. Es un choque adelantado de la jornada 19 por la Supercopa de España. Un partido enorme. Importante para ambos. Con impacto directo en la lucha por la Liga.
Los dos conjuntos llegan fuertes. Llegan con ambición. Y llegan con la presión añadida del Real Madrid, que encadena tres empates seguidos y juega un partido adelantado frente al Athletic. Un contexto que aumenta la tensión. Un contexto que obliga a no fallar.
Partido clave en el Camp Nou contra el Atlético de Madrid
Mientras tanto, Hansi Flick perfila su plan. Lo tiene casi decidido. Aunque no cerrado del todo. Porque el once plantea dudas. Pequeñas, pero reales. Sobre todo en la defensa. El técnico sopesa opciones. Eric García podría repetir como lateral derecho. Como contra el Alavés. Pero Jules Koundé pide paso. Viene de banquillo. Quiere minutos. Y Flick duda.
Su decisión afecta a toda la zaga. Si Eric permanece en la derecha, hay continuidad. Gerard Martín seguiría junto a Pau Cubarsí en el centro. En la izquierda, no hay debate. Alejandro Balde es indiscutible. Intocable. Su nivel ha crecido. Va recuperando chispa. Y Flick lo sabe.
En el centro del campo todo está más claro. Pedri volverá. Casadó, también, que repetiría en el once por la baja de Frenkie de Jong . El neerlandés ya se perdió el último partido. Y Dani Olmo completará la medular. Tres piezas claves. Tres perfiles complementarios. Y un mensaje del técnico: control total en la zona decisiva.
Arriba no hay secreto. No hay misterios. Flick utilizará su tridente de gala. Lamine Yamal, Raphinha y Robert Lewandowski. Es un partido grande. Y el técnico germano quiere a los grandes. No habrá concesiones. No habrá experimentos. Ni rotaciones.
Lewandowski seguirá en el once titular pese a no estar en su prime
Ahí aparece el nombre que agita el vestuario: Lewandowski. El polaco no vive su mejor momento. Su nivel no deslumbra. Pero alcanza lo justo para seguir en el once. Para que Flick siga confiando en él. Y para que la jerarquía pese.
Sin embargo, la situación tiene aristas. Porque Ferran Torres, brillante en este inicio de temporada, sigue quedándose fuera. Y eso genera ruido. El valenciano vive un momento dulce, rápido y preciso. Está decidido. Pero no basta. No cuando delante tiene a un jugador protegido. A una vaca sagrada a la que Flick no quiere molestar.
En el vestuario, varios jugadores creen que el poder y el peso de Lewandowski influyen en las decisiones. Que presiona para jugar. Y que su voz llega demasiado lejos. El delantero polaco sabe lo que quiere. Y amparado por la jerarquía, defiende su territorio. Aunque eso signifique cerrar la puerta a quien viene empujando desde atrás.