El Barça consiguió el sábado contra el Celta de Vigo una victoria valiosa para mantener vivas sus opciones de luchar por la Liga, además de seguir cogiendo distancia respecto al quinto puesto de cara a la clasificación para la Champions League. Sin embargo, el partido de los de Xavi Hernández estuvo marcado por el mal juego del equipo y de las declaraciones posteriores del entrenador, justificando las malas sensaciones.

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Pero este no sería el único problema que se encontrarían los culés en una jornada que, a la vista de los resultados, ha resultado especialmente favorable para ellosRaphinha, quien empezó el partido como suplente, no celebró el primer gol de su equipo. Con el descanso a punto de llegar, Robert Lewandowski realizó un gran disparo con el que abrió la lata. Todos los suplentes saltaron a celebrarlo, pero el extremo brasileño se quedó en su asiento sin mostrar gran alegría.

Raphinha Barça / Foto: EFE
Raphinha lamentándose durante un partido con el Barça / Foto: EFE

Raphinha, envuelto en una nueva polémica

Esta no es la primera vez que el exjugador del Leeds United se ve envuelto en alguna polémica. La pasada temporada, en el partido de ida de la eliminatoria de Europa League contra el Manchester United, Raphinha fue sustituido cuando estaba siendo uno de los mejores de su equipo. El cambio no le gustó, por lo que acabó mostrando su desaprobación hacia la decisión de Xavi con un gran enfado y numerosas quejas. 

Este mismo curso, el brasileño volvió a tener un gesto que, en este caso, iba más dirigido a su afición. En la victoria del Barça contra el Almería, en el Lluís Companys, Raphinha fue autor del primer gol del partido. En el momento de la celebración, el extremo se tapó los oídos, con un gesto similar al que ya hizo Coutinho años antes, en respuesta a los pitos de la grada. Esto, obviamente, no gustó al barcelonismo.

Raphinha Barça / Foto: Europa Press
Raphinha durante un partido con el Barça / Foto: Europa Press

Un segundo año decepcionante

De estas polémicas, se puede concluir que Raphinha se trata de un jugador temperamental. Su incapacidad para esconder sus emociones, especialmente las negativas, dejan claro que su indiferencia ante el gol de Lewandowski se deben a la complicada situación que está viviendo en el Barça.

Esta temporada, el brasileño no está cumpliendo las expectativas. Las constantes lesiones y su falta de regularidad le han desplazado de su posición, de la cual se ha convertido propietario un asombroso Lamine Yamal. De hecho, contra el Celta ya entró desde el banquillo para ocupar el extremo izquierdo, a pesar de no ser su posición natural. Si no mejora su rendimiento pronto, su continuidad como blaugrana puede estar más en entredicho que nunca.