El duelo ante el Betis volvió a mostrar esa versión del Barça que ilusiona en ataque, esa que aparece cuando el equipo se sacude el susto inicial y empieza a carburar con velocidad y personalidad. La goleada en la Cartuja dejó goles, carácter y un paso adelante de varios futbolistas jóvenes llamados a marcar el futuro. Pero también dejó la sensación de que, por mucho que se marque arriba, atrás siguen apareciendo grietas que no se terminan de cerrar.
Y es que el 3-5 no solo fue espectáculo; también fue un aviso. Tres goles encajados, muchas dudas en el repliegue y una línea defensiva que nunca terminó de transmitir seguridad. Jules Koundé volvió a mostrarse irregular, Pau Cubarsí tuvo un nuevo partido flojo y el bloque retrocedió sin orden. Por eso, la realidad es que en el vestuario cada vez hay más voces que piden un refuerzo urgente. Y la última en hacerlo ha sido la de Joan Garcia, que considera imprescindible un fichaje en enero.
Un líder para ordenar a la defensa
El guardameta ha trasladado a Hansi Flick una reflexión clara: al Barça le falta un jugador que ponga orden, experiencia y jerarquía en la zaga. Una pieza que funcione como guía para una línea demasiado joven, talentosa, sí, pero todavía verde en momentos de máxima tensión. Joan no pide un fichaje galáctico, ni un central top mundial. De eso, asegura, ya se encargará Cubarsí con el tiempo. Lo que quiere es otra cosa, alguien que haga de voz cantante, que mantenga al equipo unido y que haga simple lo complicado.

Ese perfil tenía nombre propio hace apenas unos meses: Iñigo Martínez. Su salida todavía se recuerda como una pérdida sensible en el vestuario, y más de uno sueña con un regreso casi imposible. Pero Joan insiste con que no hace falta un lujo, hace falta un líder. Y si es zurdo, mejor todavía, porque esa pieza equilibra la salida del balón y da una estructura mucho más clara al sistema.
El mensaje que falta por responder
De este modo, el debate ya está encima de la mesa. La plantilla cree que un refuerzo en enero no es un capricho, sino una necesidad. Flick, que siempre ha demostrado tener paciencia con los jóvenes, sabe que hace falta tiempo, pero también sabe que los títulos no esperan. Así pues, la pelota está ahora en el tejado del club. Y lo que decidan en enero marcará, para bien o para mal, el futuro inmediato del Barça.