Un doblete de Antoine Griezmann y un gol de Gabi Fernández empujan al Atlético de Madrid para que supere con comodidad al Olympique de Marsella en Lyon (0-3) y releve al Manchester United como nuevo campeón de la Europa League.

Es el primer título continental en los últimos seis años de un equipo que cierra la temporada con una sonrisa después de entrar en depresión cuando quedó eliminado, contra todo pronóstico, de la fase de grupos de la Champions League. 

Un gol y una lesión

Los primeros minutos de la final, entre el humo de las bengalas, han transportado al Atlético a Lisboa y Milán. El recuerdo de las dos finales perdidas contra el Madrid es demasiado fuerte y los franceses han querido hurgar en la herida de dos derrotas que no cicatrizará nunca.

Germain ha enviado la pelota a las nubes cuando lo tenía todo de cara para marcar el primer gol de la final. El error del delantero francés ha marcado a fuego un partido que se ha acabado decidiendo por detalles. El Atlético, que era incapaz de encadenar dos jugadas de ataque y tres pases en medio del campo, ha visto la luz gracias a un regalo.

Zambo ha perdido una pelota que ha dejado solo a Griezmann ante el portero Mandanda. Gol. La diferencia estaba en las áreas. Y la lesión de Dimitri Payet, capitán y estrella de los franceses, sólo ha hecho que acentuarlas.

Expertos en generar impotencia

Es casi imposible remontar contra el Atlético de Madrid. Diego Simeone, en la grada por culpa de una sanción, sabía que tenía medio trofeo en el bolsillo. Quedaban 45 minutos bajo lluvia. Y Griezmann sólo ha necesitado cuatro para hacer el 0-2. Otro contragolpe. Otra definición de genio.

Los madrileños defienden como nadie y encuentran placer en el sufrimiento. El resultado era una losa inamovible para el Olympique de Marsella, incapaz de acercarse a la portería de Oblak como en los primeros minutos. El paso del tiempo desesperaba a los jugadores de Rudi Garcia y los cargaba de tarjetas.

El cabezazo al palo de Mitroglou a 10 minutos para el final ha certificado el título del Atlético. Las finales también se ganan con un punto de suerte. La fortuna, que tantas veces les había dado la espalda, hoy remaba a favor de los colchoneros. El 0-3 del capitán Gabi sobre la bocina certificaba el título.

El silbato final, con Fernando Torres sobre el campo, ha servido para que Griezmann se saque un peso de encima. El delantero francés está todavía más legitimado para decidir su futuro lejos de Madrid. Un futuro que apunta a Barcelona y el Camp Nou.