Esta vez no hubo remontada milagro del pasador legendario Tom Brady y tampoco los Patriots pudieron revalidar el título de campeones de la Super Bowl después de caer derrotados por 41-33 ante los Eagles de Filadelfia bajo la dirección del quarterback reserva Nick Foles, que les dio el primer título de su historia después de haber fallado en las dos participaciones anteriores.

Los Eagles, sin su líder Carson Wentz, baja por lesión desde el pasado diciembre, hicieron historia con Foles, un tejano de Austin, de 29 años, que de no haber jugado la Super Bowl se habría ya convertido en pastor protestante, y pusieron fin a 58 años de espera.

Mientras los jugadores de los Eagles celebraban en el terreno de juego del U.S. Bank Stadium, de Minneapolis, con los miles de aficionados que llegaron a animarlos, la ciudad de Filadelfia se convertía en una auténtica fiesta.

Antes Foles se erigió en la gran figura del partido al completar 28 pases de 43 intentos para superar 373 yardas, provocar tres touchdowns y conseguir una interceptación, además de evitar el contacto con la defensa de los Patriots.

Foles hizo historia al pasar de ser un quarterback reserva durante toda la temporada, a convertirse en el nuevo ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la Super Bowl. Además, se erigió en el primer pasador en anotar en la historia de las finales después que en los últimos segundos del cuarto periodo los Eagles estuvieran en la yarda uno.

Brady, de 40 años, fue el gran derrotado después que en su octava Super Bowl y se convirtió en el noveno ganador del premio MVP de la liga que luego pierde con su equipo el título de la Super Bowl, algo que ya le había pasado también en el 2008.

La inspiración de Foles, la gran defensa de los Eagles y la lesión del receptor abierto Brandin Cooks en el segundo cuarto tras sufrir un golpe en la cabeza que lo dejó con posible conmoción cerebral, pesaron como una losa en el juego ofensivo de los Patriots a pesar que Brady completó 28 de 48 envíos para superar 505 yardas.

La derrota de los Patriots no ha tenido consecuencias y siguen como favoritos en el libros de apuestas de Las Vegas para ganar la Super Bowl del año que viene, la edición número 53, que se va a disputar el 3 de febrero del 2019 en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta.