El futuro de Jan Virgili vuelve a quedar en el aire. El joven atacante, traspasado al Mallorca, con opción de recompra, confiaba en regresar al Barça para demostrar que podía competir al máximo nivel. Sin embargo, la irrupción de nuevos nombres, las decisiones del banquillo y la falta de gol han empezado a dibujar un escenario muy distinto al que imaginaba cuando salió.

Un gran Bardghji le cierra la puerta

Y es que, de este modo, Virgili ha asumido que Hansi Flick prácticamente lo echó del proyecto. El técnico alemán comenzó el curso dejando claro que necesitaba jugadores desequilibrantes, capaces de marcar diferencias en el último tercio del campo, algo que el canterano no ha terminado de ofrecer. Mientras tanto, Roony Bardghji ha empezado a sumar minutos de calidad, ha brillado ante el Betis y ha demostrado que puede aportar impacto inmediato en el área rival.

Jan Virgili

La realidad es que, aunque en el Mallorca está jugando más de lo esperado para alguien de su edad, su rendimiento sigue teniendo una carencia evidente: cero goles. Sus cuatro asistencias hablan bien de su visión, pero también reflejan su mayor debilidad. Sin gol no hay retorno posible a un Barça donde la competencia es feroz y donde Flick ha dejado claro que el baremo para volver es altísimo.

Virgili ya no cree en su regreso

De este modo, en su entorno reconocen que el jugador empieza a ver su regreso al Barça como algo muy complicado. No solo por la presencia de Bardghji, sino también porque el equipo no tiene margen para repartir minutos. Los jóvenes que se quedan deben aportar desde el primer día, y el técnico no ve en Virgili ese punto de madurez que exige el primer equipo.

El futbolista, además, siente que la decisión de Flick fue tajante: salir cedido para buscar un crecimiento que, por ahora, no se ha traducido en goles. Y cuando un extremo no marca, las opciones de volver al Camp Nou se reducen al mínimo. Así pues, Jan Virgili asume que su camino está lejos del Barça y que deberá construir su futuro lejos del club que lo formó. El tren azulgrana ya pasó y él sabe que no volverá a frenarse para él.