El 3-0 de Stamford Bridge no solo dejó dolor. Dejó dudas y señaló a nombres propios. Y entre ellos, uno destaca por encima del resto: Jules Koundé. El francés quedó en el centro de todas las críticas. Quedó expuesto y señalado. Y dentro del club ya nadie lo esconde: su rendimiento está perjudicando al equipo.

Los analistas fueron contundentes. Paco González lo resumió con una frase breve y directa: “Ha estado muy por debajo de su nivel”. Desconexión. Errores. Falta de intensidad. La imagen del primer gol del Chelsea es, según muchos, el resumen perfecto de su temporada. Una temporada espesa, irregular e inquietante.

Jules Kounde Barça / Foto: EFE
Jules Kounde Barça / Foto: EFE

Jules Koundé hace saltar las alarmas en el Barça

En otros medios también fueron duros. Fernando Sanz lo dijo claramente: Koundé ya no aporta firmeza ni contundencia. Cada error suyo deja al equipo expuesto. Vulnerable. Y lo más preocupante es que este patrón se repite una y otra vez. Contra rivales grandes. Y contra rivales menores.

La banda derecha es ahora un problema estructural. Un agujero táctico. Una zona donde el Barça sufre más de lo que debería. Con Koundé, el equipo presiona peor, repliega peor y defiende peor. Y eso, dentro del club, ha encendido todas las alarmas. Todas. Incluso las de Deco.

La peor versión de Koundé desde que llegó al Barça

El director deportivo ha dado un paso al frente. Un paso necesario. Le ha hablado claro al francés. Le ha pedido que cambie. Que reaccione y vuelva a ser el jugador que convenció a todos. Y el mensaje interno ya ha quedado instalado: esto “no puede seguir así”.

Jules Kounde Barça
Jules Kounde Barça

Mientras tanto, aparece Eric García como alternativa. Un jugador que está rindiendo mejor. Más serio en defensa. Más limpio con balón. Más concentrado. Cuando juega él, el equipo es más estable. Más ordenado. Más completo. Y eso ha movido las jerarquías. Koundé ya sabe que si no espabila, si no da un giro radical, perderá el sitio. No hay discusión.

Pero el problema no es solo físico. Es mental. Desde el inicio de la temporada, Koundé arrastra falta de confianza. Falta de determinación. Ha perdido agresividad y claridad táctica. Llega tarde a las coberturas. No anticipa ni lidera. Y esto se nota en todo el bloque. Se nota en los centrales, en los mediocentros y en la estructura en general. Y Flick, aunque mantiene cierta fe, reconoce en privado que la situación se ha complicado. Mucho. Y que revertirla no será sencillo.

El Barça necesita al mejor Koundé. Necesita su potencia, su lectura y su intensidad. Porque sin ese nivel, el equipo sufre. Demasiado. Y mientras no vuelva a ser él mismo, seguirá siendo un problema. Un problema que ya está afectando al rendimiento colectivo. Un problema que Deco ha decidido afrontar de frente con un mensaje: o cambia, o el Barça cambiará sin él.