El Real Madrid atraviesa uno de los momentos más tensos de la temporada. La última semana ha sido especialmente complicada: un empate sin goles y una derrota en la que el conjunto blanco no logró perforar la portería rival han despertado las dudas sobre el trabajo de Xabi Alonso.
En el Santiago Bernabéu, el ambiente se percibe cargado. No solo los aficionados cuestionan la dirección técnica, sino que también varios jugadores empiezan a mostrar signos de descontento en el vestuario. Según fuentes cercanas al club, cuatro futbolistas han llegado a expresar que están hartos de ciertas decisiones de Alonso y, en privado, incluso habrían considerado elevar sus quejas directamente a Florentino Pérez.
Xabi Alonso gana enemigos en el vestuario
Entre los nombres que destacan se encuentra Vinícius Jr.. El brasileño mantiene una relación tensa con Alonso, marcada por la competencia de egos. Las malas caras de Vini cuando fue sustituido en el Clásico fueron un punto de no retorno. El extremo siente que sus características no se aprovechan completamente, lo que ha generado frustración y choques verbales en entrenamientos recientes.
Otro jugador afectado es Fede Valverde. Su polivalencia siempre ha sido un punto fuerte, pero Alonso insiste en hacerle jugar de lateral derecho, una posición que Valverde ha reconocido que no le gusta. Valverde considera que no se está sacando todo su potencial, y esto le genera cierta resistencia a aceptar órdenes que percibe como injustas.
Rodrygo y Dani Ceballos completan la lista. Ambos jóvenes talentos sienten que Alonso no les da oportunidades suficientes en partidos clave, lo que ha alimentado su descontento. La falta de minutos se interpreta como una falta de confianza, algo que afecta tanto a su rendimiento como a su actitud en los entrenamientos.
Alonso, cada vez más cuestionado en el Real Madrid
El problema no es únicamente táctico. La comunicación dentro del vestuario se ha vuelto tensa, y algunos jugadores creen que Alonso debería mostrar más flexibilidad, capacidad para adaptarse a la plantilla, y más humildad en sus decisiones, muchas de las cuales son cuestionadas en el seno del equipo.
El míster cree que tiene la verdad absoluta y muchos futbolistas discrepan. Discrepancias se han convertido en tema de debate interno. El técnico es consciente de que debe recuperar la confianza de su plantilla para evitar que el descontento se extienda. Pero eso solo lo conseguirá con resultados. Y estos no están llegando.
