Los futbolistas de primer nivel son, además de atletas de élite, modelos de conducta para mucha gente. El debate sobre si eso es positivo o no es un tema que no se discutirá en este artículo, pero lo que es innegable es que es así. Cristiano Ronaldo, la estrella de la Juventus de Turín y de la selección portuguesa, es uno de estos jugadores de talla mundial que todo aquello que hacen tiene una gran repercusión y, ayer, durante el partido que su selección ganó a Croacia (4-1) en la primera jornada de la UEFA Nations League, se demostró.

Ronaldo, que no pudo jugar el partido por culpa de una infección en el pie que le habría provocado una picadura de una abeja, vio todo el partido desde la grada. junto con los suplentes de los portugueses. El protocolo anti-COVID determina que aquellos que se encuentren viendo el partido desde fuera del terreno de juego, además de estar separados entre ellos, tienen que llevar obligatoriamente la mascarilla. Pero las cámaras de televisión que retransmitían el partido captaron una imagen donde una encargada del staff de la selección portuguesa le recriminaba a Cristiano, y alguno de sus compañeros, que se tenían que poner la mascarilla.

Ronaldo le hizo caso y. como no podía ser de otra manera, se la puso, pero la imagen ya había salido en antena y eso no ayuda a nadie. Obviamente, los jugadores se someten a controles constantes y el riesgo de que se contagien en la grada de un estadio de fútbol es casi inexistente, pero tienen que ser conscientes de que hay mucha gente viendo sus partidos y seguir a rajatabla las recomendaciones sanitarias es una forma de dar ejemplo y animar a sus seguidores a hacer lo mismo en su vida diaria.