Carl Lewis es leyenda. El mejor atleta del siglo XX según la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, es uno de los nombres asociados a la historia de los Juegos Olímpicos, donde ha conseguido 9 medallas de oro y 1 de plata.

La actuación del atleta norteamericano en Barcelona, en los Juegos Olímpicos de 1992, no fue una excepción, donde acabó de consagrarse a pesar de llegar con 31 años, y muchas críticas por un supuesto bajo rendimiento. Ante este escenario, Lewis demostró que todavía tenía cuerda para rato y se colgó dos oros: uno en los relevos 4x100 y, como no podía ser de otra manera, en salto de longitud.

La esperanza del atletismo norteamericano

Lewis ya apuntaba maneras desde que era adolescente, y no decepcionó en su primera gran cita. Participó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, con tan sólo 23 años, y se alzó con el oro en cuatro categorías: 100 y 200 metros lisos, 4x100 y salto de longitud.

Cuatro años más tarde en Seúl siguió ampliando su palmarés repitiendo oro en salto de longitud y la plata en los 200 y 100 metros lisos, aunque en esta última categoría le otorgaron el oro después de descubrir que el rival que lo destronó, Ben Johnson, se dopó para ganar.

Silenciando todas las críticas

A Barcelona llegó con una edad adelantada (31). Por esta razón no pudo competir en los 100 metros después de no clasificarse en la pruebas de selección de su país, y menos todavía en los 200. Donde sí que lo seleccionaron fue para el relevo 4x100. Y en esta categoría fue donde volvió a ganar el oro como ya pasó ocho años atrás en Los Ángeles.

Para seguir ampliando su leyenda, también ganó el oro en salto de longitud imponiéndose a sus compatriotas Mike Powell y Joe Greene.

  Nombre País Distancia (m)
  Carl Lewis  Estats Units 8.67
  Mike Powell  Estats Units 8.64
  Joe Greene  Estats Units 8.34
4 Iván Pedroso  Cuba 8.11
5 Jaime Jefferson  Cuba 8.08

 

Más adelante, en los JJOO de Atlanta, cerró un círculo ganador, adjudicándose su cuarto oro consecutivo en salto de longitud. Sólo el lanzador de disco Al Oerter y el regatista Paul Elvstrom habían conseguido cuatro oros consecutivos en sus respectivas disciplinas. Por lo tanto, se trata de una gesta al alcance de unos pocos privilegiados.