Desde Aston Martin siempre han tratado de mantener un perfil discreto, y no hacer falsas ilusiones a la gente. Es evidente que existe mucho optimismo e ilusión por mejorar los resultados que han obtenido en las últimas campañas, una cosa que no será difícil, pero tampoco han querido cargarse de presión. Prefieren tener paciencia, y trabajar en silencio, para esquivar las preguntas y la atención mediática. El problema es que esto es muy complicado.
Porque desde que se anunció la llegada de Adrian Newey, la expectación ha sido enorme. Contrataron al ingeniero con más reputación de la historia de Fórmula 1, que fue capaz de crear un coche invencible en su etapa por Red Bull y por Williams, como demuestran los resultados. Y esperan que vuelva a repetir esta gesta, justificando la enorme inversión que Lawrence Stroll tuvo que realizar hace un año, ofreciéndole un sueldo de 25 millones de euros anuales.
El ingeniero británico parecía tener un acuerdo prácticamente cerrado con Ferrari, pero a última hora se decantó por el proyecto de la escudería de Silverstone. Y ha dedicado una infinidad de horas en crear un coche capaz de dar muchas alegrías a Fernando Alonso, el referente del proyecto, que sueña con conseguir su ansiada trigésimo tercera victoria, que hace más de una década que persigue. E incluso, se atreve a pensar en el campeonato.
A pesar de que ya tiene una edad muy avanzada, 44 años, el asturiano ha demostrado que se mantiene a un nivel sublime. Su talento es incuestionable, y le sitúa entre los mejores de la historia, pero había dudas acerca de si el físico le permitiría seguir compitiendo en la élite. Y ha cerrado muchas bocas, obteniendo resultados fantásticos, a pesar de que el AMR 25 era uno de los peores coches del paddock. Aparte, conserva una motivación intacta.
‘Magic’ confía plenamente en el trabajo de Newey para poder volver a tener un coche competitivo, y las promesas que le han hecho en Aston Martin le permiten volver a ilusionarse.
Los motores Honda, un nuevo motivo para soñar con el título de F1
A la llegada de Newey, y al cambio de normativa que se implementará en la Fórmula 1 a partir de la nueva campaña, también hay que añadir un nuevo factor que promete ser determinante.
Porque Aston Martin abandonará los motores Mercedes, y Honda pasará a ser su principal proveedor. Una noticia excelente para Newey, que conoce mucho mejor estos motores, después de su etapa en Red Bull, y sabe perfectamente el potencial que tienen. 2026 puede ser el año de Alonso.