En el Real Madrid las decisiones nunca pasan inadvertidas. Y menos cuando se trata de un jugador que soñaba con consolidarse. Pero la realidad es otra. Y ahora se confirma lo que Carlo Ancelotti ya había advertido en su día: Fran García no tenía nivel suficiente. No para este club. Y no para un equipo que exige excelencia cada fin de semana.

La llegada de Xabi Alonso fue vista como una oportunidad para muchos. Un nuevo entrenador. Un nuevo enfoque. Una nueva puerta abierta para quienes habían perdido protagonismo con el técnico italiano. Entre ellos, Fran García, un futbolista que esperaba relanzar su carrera. Esperaba minutos y confianza. Pero nada ha cambiado. Su situación ha sido incluso peor. El tiempo ha demostrado que Ancelotti no se equivocaba.

Fran García celebra un gol con el Real Madrid

Fran García, muy lejos de las expectativas

La ilusión se disparó tras el Mundial de Clubes. Una lesión en la banda izquierda abrió un hueco. Pudo jugar y mostrarse. Dejó acciones buenas. Parecía que podía crecer y que era el comienzo de algo. Pero el club tenía otros planes. El presidente no dudó. A pesar de tener a dos jugadores para el carril izquierdo como Ferland Mendy y el propio Fran García, pagó 50 millones por Álvaro Carreras. Apostó fuerte. Y selló el destino de Fran. A partir de ese momento, su presencia en el campo cayó en picado.

Las cifras son contundentes. Solo cuatro titularidades en toda la temporada. Minutos sueltos. Apariciones testimoniales. Y una sensación constante: cada vez que juega, el equipo sufre. La banda queda expuesta y el ritmo se pierde. El nivel se desploma. Y el mensaje interno es claro. Para muchos dentro del club, cuando él está en el campo, el Madrid juega con diez.

Xabi Alonso 

El Real Madrid escuchará ofertas

La última prueba llegó ante el Girona. Un partido que pedía seguridad, concentración y jerarquía. Y ocurrió lo contrario. Fran García fue titular. Pero su actuación se resume en acciones imprecisas, poca tensión e intervenciones pobres. Xabi Alonso tomó nota. Y la conclusión fue fulminante. No es jugador para las rotaciones. No es opción estable. No es garantía en los momentos de presión. Ancelotti tenía razón cuando no le daba minutos.

La consecuencia es inevitable. Su futuro en el Santiago Bernabéu pende de un hilo. Si llega una oferta, se escuchará. No habrá resistencia. El club solo aspira a recuperar los 10 millones invertidos. A priori, no será difícil. Hay equipos interesados. Y él solo quiere una cosa: jugar. Sentirse importante y ser titular en algún sitio, aunque no sea el Madrid.