Adrian Newey se está encontrando con un obstáculo importante a la hora de diseñar el coche de Aston Martin para la próxima temporada, donde se espera que den un considerable paso al frente en comparación a este año. Y es que en estos momentos es un milagro que logren puntuar, y que alguno de sus dos pilotos, Lance Stroll y Fernando Alonso, finalice entre los 10 primeros clasificados. Y pelean por no ser la peor escudería de la Fórmula 1.

Una cosa que no sorprende a nadie, ya que desde que comenzó el curso dejaron muy claro que habían priorizado el año 2026, cuando se implementará el cambio de normativa, y habían descuidado el de esta campaña, razón por la cual el AMR 25 se ha quedado tan atrás de otras marcas como Ferrari, Mercedes, Williams, Red Bull, McLaren, e, incluso, de Haas. Pero Lawrence Stroll confía en que las cosas cambien radicalmente a partir del año siguiente.
Porque hizo una gran inversión en poder firmar al prestigioso ingeniero, logrando que rechazara otras ofertas, y pagándole un sueldo astronómico. Es conocido por sus milagros y por el excelente trabajo que ha hecho en el resto de escuderías donde ha estado, y ‘Magic’ es el primero que está convencido de que lo volverá a hacer. Y está trabajando sin descanso, para poder tener un coche competitivo desde el primer día, capaz de pelear por victorias de forma habitual.

El objetivo es evidente, y es que en Aston Martin sueñan con ganar el título de pilotos y el de constructores. Pero Newey, a pesar de que se ha mostrado optimista y ha asegurado que todo avanza por buen camino, tal y como estaba previsto, ahora tiene un importante problema que complica las cosas. Y es que no está siendo capaz de encajar el motor Honda, que será el que utilizarán a partir del próximo curso, abandonando el de Mercedes, un cambio que esperan que sea un paso al frente.
Las dimensiones no son exactamente las mismas, y esto obliga al ingeniero británico a tener que realizar algunas modificaciones en el chasis, para poder solucionarlas.
Andy Cowell revela algunos secretos
Andy Cowell, el director general de Aston Martin, ha revelado los planes a corto plazo que tienen. Y una de las primeras afirmaciones es que el coche actual no recibirá muchas más actualizaciones, para que todo el equipo de ingenieros y mecánicos no se desconcentre en el desarrollo del AMR 26.
Asimismo, también ha asegurado que han sido capaces de identificar los puntos débiles que tiene el coche, y encontrar una solución.