Desde que llegó al Real Madrid, Jude Bellingham siempre ha sido capaz de mostrar, ante las cámaras, un comportamiento ejemplar. El inglés es de aquellos que rara vez pone una mala cara en público o que tiene un gesto de menosprecio a las decisiones de su entrenador. Cuando ha tenido que salir sustituido de un partido lo ha hecho y cuando ha tenido que jugar en una posición en la que no está tan cómodo, más allá de comunicarlo, no ha tenido gestos equiparables a los que podría tener un Vinicius, que no se molesta en ocultar nada de lo que siente. Sin embargo, tal y como se vio con Inglaterra, Bellingham tampoco es un santo.
La realidad es que Xabi Alonso no lo está teniendo nada fácil a la hora de gestionar los egos dentro del vestuario del Real Madrid. Vinicius no es el único que se considera una pieza intocable en el equipo, Mbappé se sabe el mejor del equipo y Bellingham venía con la certeza de que iba a ser el segundo al frente después de Mbappé. Generando así una lucha de egos que ha acabado haciendo que Alonso tenga que hacer trabajo extra en la gestión anímica de sus jugadores.
Bellingham quiere ser mucho más importante
Lo visto en Inglaterra es solo una pequeña muestra de lo que puede llegar a ser un Bellingham enfadado de verdad. El inglés no acepta que le pasen por delante y no evita hacérselo saber al entrenador de turno. Con Tuchel no tuvo miramientos a la hora de hacerlo en medio del campo, con Xabi Alonso, consciente de que está en el Real Madrid, lo hace desde dentro, sin que lo vean las cámaras, pero la realidad es que las caritas y los comentarios están ahí.
Todo eso enturbia el ambiente en Chamartín, las cosas no van bien y eso puede romperse y reventar en cualquier momento. Bellingham está harto de ver cómo Vinicius no trabaja ni la mitad que él en los esfuerzos defensivos y lo ha mostrado en reiteradas ocasiones. Le pide algo más a Xabi Alonso, que tampoco sabe qué más puede hacer para enderezar el rumbo de su equipo.
Alonso no quiere ser el nuevo Benítez
La realidad es que, a pesar de estar en un camino mucho mejor, Xabi Alonso tiene los mismos problemas que tenía Rafa Benítez en su momento. No encuentra la forma de hacer que los jugadores le hagan caso y sigan sus instrucciones. Vinicius va a su aire y Bellingham, como con Inglaterra, pero tapado, va haciendo mella en la confianza del tolosarra, que lo tiene muy complicado de ahora en adelante.
