El 2006 Orhan Pamuk ganaba el premio Nobel de Literatura. Como acostumbra a suceder en estas ocasiones, algunas de sus obras fueron traducidas muy pronto al castellano y al catalán (hasta entonces sólo se habían volcado al catalán dos de sus obras, y algunas más al castellano). Pero después del boom, como también suele pasar, vino el olvido. Por fortuna, ahora Més Llibres publica La vida nueva, en traducción catalana de Víctor Compta. No es el último libro de Pamuk, sino una obra del Nobel que se publicó en 1994 y que no se había traducido nunca al catalán (en castellano está a la venta una traducción de Debolsillo).
Road movie a la turca
El núcleo de La vida nueva pasa por varios viajes en autobús por Turquía que realiza el protagonista, que habla en primera persona. Un trayecto larguísimo a través del país, a través del cual también se van constatando las transformaciones que sufre Turquía, que experimenta una rápida modernización, pero al mismo tiempo empieza a experimentar un proceso de radicalización religiosa (el libro se publicó en 1994, antes de que se disparara el yihadismo). Una Turquía muy cotidiana que Pamuk desprové de todo exotismo. El protagonista empieza su viaje en su juventud y alcanza su madurez, sufriendo notables transformaciones a lo largo de su viaje iniciático.
A las antípodas de El código Da Vinci
Lo que hace al protagonista salir de su vida rutinaria de estudiante y lanzarse a recorrer mundo es la búsqueda de una verdad trascendente que le ha inspirado un libro. El narrador se encontrará en un mundo donde la gente busca gurús que le abra la puerta de realidades superiores, unas realidades que para algunos sólo se pueden encontrar en la muerte. La novela plantea si hay que morir para llegar a saber ciertas cosas, y qué pasa si la muerte no lleva ninguna revelación. En un punto de la novela, alguien cuestiona al protagonista: "Tú tratas de encontrar la causa primera de todo, ¿verdad? Buscas todo aquello que es puro, verídico, o que no está corrupto. Pero no hay ninguna causa primera. Es inútil lanzarse a la búsqueda de una clave, de una palabra, del original del cual somos simples copias".
El libro en el inicio de todo
Un buen libro puede dar a algunos motivos para vivir, pero también hay libros que han dado motivos para matar. Y Pamuk es consciente de los peligros de la sobrevaloración de la letra imprimida. "Un buen libro es una cosa que nos recuerda el mundo entero. Quizás así son - o tendrían que serlo - todos los libros", afirma con sabiduría uno de los personajes de La vida nueva. Toda la novela gira en torno a un misterioso libro, cuyo título nunca se llega a saber, que transtorna la vida de los que lo leen. Pero el mismo personaje aclara las limitaciones de los libros: "Es inútil ponerse a buscar la nueva vida y la nueva región más allá del libro". Una propuesta que seguro que no gusta ni a los seguidores de algunos gurús, ni a los islamistas, que defienden que la vida de los humanos esté regida por una interpretación literal del Corán. Pamuk carga contra los Coelhos y los Carnegie, sino también contra los yihadistas... Pero la novela también deja claro que lo más importante no es tan sólo lo que dice un libro, sino la forma en que la gente lo lee. Todo un canto a la libertad.
El amor
Detrás de la peregrinación incansable del protagonista, a pesar de todo, hay otra fuerza: el amor (que quizás incluso es tan importante como la ibúsqueda de la verdad). El amor obsesivo da energías al autor, y lo lleva por rutas que son absolutamente irracionales. Pero al mismo tiempo, el amor es el que puede facilitar formar una familia, dar estabilidad, anclar una persona a su sociedad... O, incluso, combatir las utopías de un libro.
Muestra de firmeza
Orhan Pamuk se ha mostrado muy crítico, en el último año, con la deriva autoritaria del gobierno turco del presidente Erdogan. Pamuk es proeuropeísta, y se ha enfrentado al islamismo, pero también al ultranacionalismo turco (fue procesado, por ejemplo, por exigir que el Estado turco reconociera el genocidio armenio de la Primera Guerra Mundial y pidiera disculpas). En alguna ocasión ha reconocido que el miedo se ha instalado por todas partes, en su país, y que mucha gente de talante liberal ha decidido marcharse de Turquía, pero él ha querido quedarse, y ha afirmado con contundencia que Erdogan no lo obligará a marcharse. Está decidido a continuar defendiendo las libertades de los turcos.
Lecturas múltiples
La vida nueva no tiene una lectura unívoca. Sin duda habla de la investigación de la verdad, pero toca en profundidad muchos otros temas: el sectarismo, el amor, la familia, la incomprensión, la violencia... Diferentes lectores pueden dar interpretaciones completamente diversas de un libro de una riqueza extraordinaria que tiene muchos niveles de lectura. Un libro con puntos vibrantes, propios de una novela negra, pero denso, con reflexiones de altos vuelos. Una magnífica ocasión de acercarnos a un intelectual que todavía tiene muchas cosas que decir, desde un lugar del Planeta que con demasiada frecuencia hemos olvidado.