Insisto hoy también en este libro y aún seguiré haciéndolo más días. Si de los malos libros o no tan buenos hay que hablar más bien poco y olvidarse de ellos, del hito que supone disponer ya, hoy, de la obra poética completa en catalán —ahora ya solo nos falta la correspondencia— de Emily Dickinson debe hablarse como corresponde a la aparición de un nuevo planeta en el sistema solar o de un milagro. Me parece que soy más bien moderado con ella. La mayor de las poetas románticas es, naturalmente, una disidente del orden establecido, una buscadora de la libertad y de la verdad. Una sarcástica, una persona molesta, una maestra en el llanto, pero sobre todo en la risa. 

De Emily Dickinson debe hablarse como corresponde a la aparición de un nuevo planeta en el sistema solar o de un milagro

Por eso leerla constituye ir más allá del romanticismo mismo, del romanticismo que fue una época, para traicionarlo y combatirlo desde dentro, para oponerlo a la experiencia vital, que en el caso de Dickinson fue tan intensa como cotidiana y doméstica. Se ve que, como quien dice, nunca se movió de casa, en toda su vida, y que lo único que hizo, para entender el mundo, fue leer como una enferma. Especialmente a Shakespeare, Milton y la Biblia, tres ladrillos que, francamente, son el internet de su época. A condición de saberlos leer, por supuesto. Para adentrarnos en la maravillosa traducción de Carme Manuel, la edición no lleva ningún prólogo ni nota introductoria, por lo que pasas de la portada al poema número 1 hasta el 1789. Sobre cómo leer a Dickinson hablé el otro día y hablaré más adelante. Hagan el favor de comprar esta joya. Es para siempre

Los lectores de novelitas sentimentales e, incluso, muy sentimentales, se sentirán muy a gusto con este entretenimiento de Marta Orriols, una obra que no dejará a nadie indiferente. Os la recomiendo. Sobre todo a los partidarios del manelismo literario, a los seguidores del universo emocional que esparce este grupo musical llamado Manel, como educación sentimental, como supuesta elevación espiritual frente a un mundo sórdido e inhóspito. Aquí se nos propone la posibilidad de llamar novela a una colección de tópicos y de malentendidos de autoayuda para personas que se encontrarán a gusto, que verán confirmado y justificado el desbordamiento sentimental en nombre de la más alta literatura, supongamos. 

Un éxito asegurado que llevará la literatura catalana más allá de donde|dónde es ahora

Valentina, la protagonista, dice que es corresponsal de guerra en Beirut y tiene conflictos íntimos, insatisfacción sentimental, emociones a flor de piel, lo que se llamaba, antes, en tiempos del machismo rampante y malvado, literatura femenina. Dice que es corresponsal de guerra pero yo no me la he creído en absoluto, porque después de haber conocido a varios periodistas especializados en conflictos armados, el personaje protagonista es inverosímil. Tampoco podría pasar por profesora de Física Nuclear, aunque haya personas que encuentren que el papel lo sostiene todo. Y que hay lectores de todos los tipos de forma. Un éxito asegurado que llevará a la literatura catalana más allá de donde está ahora.

Aún no se ha escrito en catalán ninguna obra literaria sobre el fútbol comparable, ni de lejos, ni de muy lejos, a la gran novela de Robert Coover sobre el béisbol, The Universal Baseball Association, Inc, J. Henry Waugh, Prop. Esta obra de Jordi Miralles, por supuesto que no lo es. De hecho, parece que los ingleses y estadounidenses no solo idearon y desarrollaron casi todos los deportes populares actuales, también son responsables de la buena literatura que les acompaña y retrata. 

parece que los ingleses y estadounidenses no solo idearon y desarrollaron casi todos los deportes populares actuales, también son responsables de la buena literatura que les acompaña y retrata

Aquí el Fútbol Club Barcelona y su entorno, que podría dar lugar, a muchos “cants de gespa”, como decía Anton M. Espadaler, o a muchos animales heridos de Jordi Puntí, todavía no tiene libros consagrados. Joan Jordi Miralles no supo ver que la ficción es un juego en equipo y no una exhibición de disparos a puerta vacía. El escritor lo confía todo a un lenguaje impactante y frío, quizá efectista, sin duda herencia del tremendismo español, para ofrecer una historia muy esquemática —y supuestamente escandalosa— sobre los abusos a chicos en el deporte formativo. Al parecer, Miralles estuvo en la Masía del Barça durante cuatro años y tiene experiencia de primera mano. También las historias de la puta mili, que todos hemos oído, suelen proceder de la experiencia vivida de algunos interlocutores. Nos han amenizado con ellas algunas sobremesas de nuestras desgraciadas vidas.