Barcelona, 16 de enero de 1641. Hace 384 años. Víspera de la proclamación de la Primera República catalana. Los Braços Generals (el equivalente en el actual Parlament) votaban la creación de un fondo dinerario para dotar, anualmente, a doce huérfanas jóvenes ("en edad de casar"). El objetivo era conseguir que estas niñas —a través de su tutor— pudieran negociar un matrimonio con el hijo de un menestral y evitar una situación de desamparo que las habría precipitado hacia el mundo de la delincuencia. La República catalana, que ya operaba de facto desde el 7 de septiembre de 1640, sería un Estado pionero en la creación de un sistema de protección a la infancia. Y al mismo tiempo en la creación de mecanismos para impedir que aquel sistema acabara convertido en un fraude.

¿Cuál era el origen de esta iniciativa?
Esta iniciativa formaba parte de una corriente ideológica surgida a principios del siglo XV. La Barcelona de la época, dominada por una profunda crisis iniciada con la Peste Negra (1348-1351), presentaba un paisaje desolador. Y en aquel escenario, aparecería la figura de Anastàsia Spatafora, una siciliana de Palermo muy bien relacionada con el rey Martín I, que crearía el primer sistema de amamantamiento y crianza de huérfanos de la historia (1406-1410). Madona Astasia —cómo era conocida popularmente— tomaría las riendas del orfanato del Hospital de la Santa Creu y lo convertiría en una red de casas de acogida; que, a cambio de una remuneración pactada, se comprometían —sometidas a un contrato y a sucesivas inspecciones— a amamantar y criar a aquel niño.
De Madona Astasia a Pau Claris
Madona Astasia creó, también, un sistema de dotación para casar a las jóvenes huérfanas, que, como las retribuciones por amamantamiento y crianza— financiaba el Consell de Cent, el gobierno municipal de Barcelona. Pero poco después, con las crisis del siglo XV (la Biga y la Busca, la Guerra Civil) este sistema de dotaciones acabaría desapareciendo. Solo se conservaría el de amamantamiento y crianza, y en una situación de deterioro progresivo. Pasados dos siglos y medio, el 16 de enero de 1641, la Generalitat —presidida por Pau Claris— restauraba el sistema de dotaciones económicas a las jóvenes huérfanas y el 11 de diciembre de 1641, confirmaba aquella iniciativa, asumía el coste y la consignaba, de nuevo, al Dietari de la Generalitat.

¿Cuál era el paisaje social que impulsó aquella iniciativa?
El triunfo de la Revolución Remensa (1486) marcó el fin del régimen feudal y durante el siglo y medio posterior, el país transitaría de una sociedad de siervos a una de propietarios. La Catalunya de principios del siglo XVII es un país pletórico y es el único de Europa donde todo el mundo negocia capitulaciones matrimoniales. Desde las nuevas élites campesinas, que ponen sobre la mesa importantes lotes de propiedades, hasta las clases más humildes, que se limitan a contribuir cuatro herramientas de campo y el lecho conyugal. Y en este escenario, la restauración y adaptación a la modernidad del sistema de dotación económica era absolutamente necesaria para evitar que las niñas huérfanas, al finalizar la tutela de la Casa Caritat (14 años), acabaran abocadas a la delincuencia o a la prostitución.
¿Cómo funcionaba el sistema que creó el Estado catalán?
El 11 de diciembre de 1641, el Dietario de la Generalitat consigna: "A 16 de janer proppassat, per los brassos generals, fonch fet vot de col·locar dotse donsellas cada un any, ço és, quatre del hospital General, quatre del hospital de la Misericòrdia y quatre dels Infants Òrfens (...) en alguns vots de dits brassos se digué los donassen sinquanta liures a cada una per sa col·locació". Y para tener una idea más precisa de lo que estas cincuenta libras representaban —y para tener, también, una idea de la voluntad política de aquel gobierno—, diremos que el equivalente a 50 libras barcelonesas (la dotación para cada niña), sería una cantidad que actualmente oscilaría entre los 40.000 y los 50.000 euros. Con este importe se aseguraba a la beneficiaria una buena negociación.

¿Cómo se hacía efectivo el pago?
La misma consignación revela que la Generalitat preveía que, por exceso de cuota, no se podría universalizar la dotación. Y lejos de reducirla para meter a todas las posibles beneficiarias se instituye un sorteo. Es decir, se prefiere a que doce niñas puedan capitular un buen matrimonio, al hecho de que todas las posibles beneficiarias negocien en condiciones más limitadas. Y el Dietario dice: "questos commissaris, aprés de ser-se informats ab moltas personas de las qui·s trobaren en dits brassos, han averiguat que la intenció dels brassos fou se’ls donassen siquanta lliures a cada una i aquestas se’ls pagassen en temps y per lur col·locació (...) Y que havent sortejat una, no pogués esta tal entrar més en sort. Y que la extracció se fes, cada un any, lo die del martiri de la gloriosa santa Eulària, que és a dotse de febrer, comensant el 1642".
¿Por qué no se instituyó una dotación económica universal?
El concepto de universalidad no se instituirá hasta dos siglos largos más tarde; una vez el Primer Mundo ya ha conocido las revoluciones industriales (siglos XIX y XX) y ya ha desplegado el Estado del bienestar (después de la II Guerra Mundial, 1945). Por lo tanto, el sistema catalán, aunque no abarcaba todo el universo de beneficiarias, era, realmente, muy revolucionario. Pensemos que la ideología republicana de la época, la que pondrían en práctica los gobiernos de Pau Claris, en Catalunya (1641-1652/59); de los hermanos de Witt, en los Países Bajos (1653-1672) o de Cromwell, en Inglaterra (1653-1657), postulaba una democratización parcial de la sociedad; es decir, las ricas clases mercantiles —pero no la totalidad de la sociedad plebeya— pasaban a ejercer el poder en exclusiva.

¿Quiénes fueron las primeras beneficiarias?
El Dietari dice: "Los noms de las quals donzellas foren, en presència de ses senyories, per lo scrivà major y secretari del General, posats dins rodolins de fusta que ja estaven apersabits. Y posats dins de una capsa, fonch feta extracció per un minyó, ab la mateixa forma que·s fa la de deputats y oÿdors. De la qual, foren per dit minyó trets quatre rodolins, lo hu aprés l’altre, dins los quals foren trobats en scrits los noms de las donzellas de dit hospital següents, assí continuats per son orde: Hospital General Ursula Hierònyma; Margarida Eulària, ésa casada y pagada ab diliberació de 24 de novembre 1642; Catharina Puigsechb , és casada y pagada ab diliberació de 7 de dezembre 1643; y Marianna Fossalvac , és casada y pagada ab deliberació de 9 de abril 1643.
Los mecanismos para evitar el fraude: ¿Qué quería decir "pagada con deliberación"?
Cincuenta libras barcelonesas era una cantidad muy apetecible, y el sistema instituyó una serie de mecanismos para impedir el fraude. El más efectivo sería el pago con deliberación. Es decir, el Estado catalán no pagaba hasta comprobar que aquella unión matrimonial era sólida. Que la novia no había sido convertida en una esclava doméstica o sexual o, peor todavía, que con el pretexto de una enfermedad o de un accidente, no había sido asesinada. El gobierno catalán pactaría el pago pasados unos meses, coincidiendo con el aniversario de la novia o de la boda, y mientras tanto controlaría la evolución de aquella situación con el envío de "comisarios" a las casas. Agustí Dalmau, síndico de la Generalitat, sería el primero que haría esta función.

De la altura política de Pau Claris a la bajeza moral de la actual clase dirigente
El Dietari de la Generalitat relaciona centenares de niñas de las tres Casas Caritata (hospitales General o de la Santa Creu, de la Misericordia y de los Niños Huérfanos) que, hasta 1652 (ocupación hispánica y destrucción de la obra de gobierno del Estado catalán), se beneficiaron de este sistema. El Eestado catalán —inicialmente la Primera República (1641) y, posteriormente, el Principado independiente de Catalunya (1641-1652/59)— fue pionero —a nivel mundial— en la creación de sistemas de protección a la infancia. Pasados tres siglos y medio, algunos responsables políticos de esta parcela implicados en el escándalo DGAIA han traicionado la historia de Catalunya. Y la cuestión es: ¿qué pecado monstruoso estamos redimiendo los catalanes para merecer esta clase gobernante?