"Qué pasa con Manel que no sacan disco?". El otro día quedé con un amigo. Nos encontramos por Glòries, que, entre las obras sagradafamilianas de la rotonda, la Meridiana colapsada de coches, humo y ruido, el centro comercial con tiendas y restaurantes distópicos y el 22@ con aquellos edificios al estilo de un Nueva York de bazar de todo a euro, es una de las peores zonas de Barcelona para encontrarte con un amigo. Decíamos de echar una birra, pero como no encontrábamos ningún bar mínimamente decente, ni indecente, como dos hombres mayores (o dos adolescentes) con nada que hacer y todo el tiempo del mundo para aburrirse, acabamos sentados en un banco de una plaza de cemento. Y así, sin cosas para decirnos (porque ya nos lo decimos todo por whatsapp) y todo por explicar, o todo lo contrario, empezamos a charlar. Aquel disco, aquel libro, aquel concierto, aquella serie, aquella película, aquel grupo. AQUEL GRUPO. Y de repente la pregunta: "¿Oye, Uri, qué pasa con Manel que no sacan disco?", me soltó. Y entonces me entraron todos los miedos... Y si Manel se han separado y todavía no lo han hecho oficial.

El novio de Benvolgut

Lo primero que pensé es cómo se lo diría a Íria. Porque a Íria, mi pareja, por mucho que le haya hecho escuchar hasta el agotamiento la discografía entera de Ferran Palau y el El Petit de Cal Eril y la haya intentado convencer de que a partir de Bon dia Els Pets es una grandísima banda de pop; Manel es el único grupo catalán que realmente le gusta. Bien, Manel y La Iaia. Pero La Iaia ya hace tiempo que se separaron (o no), y ya lo ha superado. Pero Manel... Además, Íria está muy enamorada de Guillem Gisbert, y yo tengo que convivir con este flirt como el novio de Benvolgut que cuando se encuentran con el ex de ella por la calle se hace el hombre serio, esperándose detrás derecho, reivindicándose como mucho más elegante. Una batalla perdida, porque nadie es más elegante que Guillem Gisbert, menos cuando en los directos de Manel baila el Boomerang. ¿Y si Manel se separaran, cómo os lo explicaría a vosotros?

Nadie baila como Guillem Gisbert

Un grupo referencial

Manel publicaron su primer disco, Els millors professors europeus, en el 2008 (este año hará 15 años) convirtiéndose, automáticamente, en la banda referencial del nuevo pop catalán: la generación postrockcatalán de los Mishima, Antònia Font, Els Amics de les Arts, Mazoni... Desde entonces han publicado álbum nuevo cada dos o tres años evidenciando con cada disco, con sus muchos aciertos y pocos errores, una pulsión evolutiva y hambre de crecimiento creativo brutal: el sublime (probablemente su mejor trabajo) 10 milles per veure una bona armadura es del 2011, Atletes, baixin de l'escenari del 2013, Jo competeixo del 2016. El último, Per la bona gent del 2019. Ya han pasado cuatro años (con, eso sí, el EP La amant malalta, de 2021 por medio), y no hay ninguna noticia que estén grabando. De hecho, lo único que sabemos es que su batería, Arnau Vallvé, cada vez está más comprometido con su faceta como productor, trabajando con artistas y grupos como Ran Ran Ran, Boye o Triquell.

Manel, esperamos que nos podamos ver pronto

Vanessa, un abrazo muy grande

¡Joder, y si sí! Y si Manel realmente se han separado y todavía no nos lo han explicado. Quizás ya estaría bien que fuera así, porque, desgraciadamente, todas las cosas que empiezan, también acaban, dice mi parte más racional. La otra me dice que es una puta mierda. Porque si Manel se separaran con ellos también acabaría alguna cosa de nosotros, individual y colectivamente. Porque, hoy por hoy, nuestra banda sonora vital se mueve al tempo de Canvi de paradigmaLa serotoninaTeresa RampellLa cançó del soldadetAi, Dolors... Es aquello del paso del tiempo, del sabernos finitos, del no poder pensar en todo lo que nos queda por disfrutar porque no tenemos recuerdos del futuro ni hemos bailado todas las canciones que todavía no se han publicado. Manel se han separado o quizás no. No lo sé. No es una información. Es un miedo. Quizás, como todos, solo necesitan un tiempo. Los esperamos. Y si no, vendrán otros Manels. Porque, nos lo creamos o no, siempre acaban apareciendo Manels que nos hacen la vida más bonita. "Ei, Vanessa, si sents això, una abraçada molt gran"