Poca cosa queda del grupo catalán revelación del 2008 más allá de su aspecto de gente normal con un talento poco habitual para escribir canciones extraordinarias. Manel publican hoy su cuarto disco, Jo competeixo (Warner/Discmedi, 2016). Grabado en Nueva York con la complicidad del productor Jake Aron, bajista de Fort Lean y colaborador habitual de Chairlift, Grizzly Bear o Yeasayer, los barceloneses toman definitivamente distancia respecto a las sonoridades folkies con las que irrumpieron en escena, para entregar su obra más arriesgada, compleja, brillante... hasta la fecha. Trece temas que acaban dibujando un atractivo rompecabezas polifónico donde se mezclan préstamos de pop, tropicalismo, electrónica... Crucigrama sellado con una fascinante amalgama cromática de arreglos y detalles. Guillem Gispert, Roger Padilla, Martí Maymó y Arnau Vallvé han competido y han ganado. 

Ya es habitual que cada disco de Manel sorprenda por ser diferente del anterior. Jo competeixo no es la excepción. Todo lo contrario, es el álbum con el que más os habéis distanciado de aquello que se supone que es el sonido del grupo.

Roger Padilla: Nos lo dicen con cada uno de nuestros discos nuevos, pero a nosotros nos cuesta ver estas diferencias. Aun así, si nos lo decís, debe ser que sí, que hemos hecho algo diferente. 

No sólo es diferente de vuestros anteriores discos, sino que Jo competeixo es a la vez dos o tres discos diferentes al mismo tiempo: el de las melodías más pop, el de las canciones más tropicalistas, el de los temas que jugáis con la electrónica... 

Guillem Gisbert: Probablemente sea cierto. Después, con el paso de los años, cuando lo volvamos a escuchar, encontraremos un común denominador, especialmente en lo referente al sonido. Pero cuando nos ponemos a escribir canciones, lo hacemos con la voluntad de que sean diferentes entre ellas. Hay grupos que sí que tienen un sonido y unos elementos creativos muy concretos y juegan con estos para hacer sus temas. Nosotros, más bien, apostamos porque cualquier idea que pudiera entrar en el disco era buena. No teníamos una paleta estílistica definida y restringida. Pero, como decía, a pesar de la variedad, con el paso del tiempo nos acabaremos dando cuenta de que había ciertos rastros comunes en todas las composiciones. Dentro de cinco años veremos Jo competeixo mucho más unitario de lo que ahora lo intuimos. 

En el fondo, ni "Les cosines" ni "Sabotatge" son representativas de 'Jo competeixo'

De hecho, Jo competeixo sorprende desde el arranque, con este inicio épico de "Les cosines". 

Arnau Vallvé: "Les cosines", es cierto, tiene este componente agresivo que no es muy habitual en nosotros. No es una canción representativa de lo que la gente encontrará en el resto del disco, pero nos gustaba la idea de empezar con este toque de atención.

G.G.: Justamente porque tendemos a escribir canciones diferentes entre ellas, nos es difícil escoger temas representativos de cada álbum. Cuando se tiene que publicar un disco, un grupo se encuentra, entre muchos otros, con dos momentos importantes: escoger el tema de apertura y el primer sencillo. Y, en el fondo, ni "Les cosines" ni "Sabotatge" son representativas de "Jo competeixo"; como "Ai, Yoko" y "Teresa Rampell" tampoco lo eran de Atletes, baixin de l’escenari (Warner/Discmedi, 2013). 

"Sabotatge", sin embargo, sí que está pautada por ciertos ritmos tropicalistas que se repiten en otros temas del disco. 

Martí Maymó: Sí, en este sentido es similar a "La serotonina" o la misma "Jo competeixo". Hay discos de este estilo que nos gustan y nos han influenciado. Sin embargo, aunque se han filtrado partes que pueden recordar el Graceland de Paul Simon o cosas del estilo de Vampire Weekend, grabando Jo competeixo no estábamos pasando por un momento de euforia tropical. En el proceso de creación, simplemente, nos movemos por sensaciones, por si las cosas salen bien o mal, de si funcionan o no funcionan. 

Hablando de proceso creativo, días atrás publicabais un artículo en El dominical donde narrabais cómo trabajabais durante este periodo de composición. Rompiendo con el tópico del grupo cerrado en el local de ensayo, sorprendía que en vuestro caso todo era a través del intercambio de ideas y esbozos de canciones por correo electrónico. 

G.G.: Me pidieron que entrevistara al resto del grupo, pero no acabé de ver la propuesta... Como teníamos todo este tema de los mails que nos habíamos ido intercambiando, una cifra de correos considerable pero razonable, tiramos por aquí. ¡Mucho más difícil habría sido si hubiera tenido que repasar los mensajes que nos hemos enviado a través de nuestro grupo de Whatsapp! Pero trabajo en el local de ensayo, también hacemos, y mucho. El intercambio de correos lo tenemos, especialmente, en las épocas que nos vemos menos. Sobre todo cuando acabamos la gira de presentación del disco anterior y empezamos a pensar en el siguiente, y cada uno de nosotros va trabajando desde su casa.  

M.M.: Es una herramienta más que tenemos a la hora de ponernos a componer, y bienvenida sea. Está muy bien, también, poder trabajar en casa en las canciones, solo, delante del ordenador, sin tener que estar obligatoriamente los cuatro. 

Con 'Jo competeixo' nos planteamos desde el inicio que queríamos que fuera un disco mucho producido

Seguramente, eso también viene dado para poder dedicaros exclusivamente a la música, ¿verdad?

M.M.: Totalmente. Si no puedes vivir de la música, como no tienes tiempo necesitas poner las cosas en común con más urgencia. 

G.G.:  Eso que hacemos que cada uno de nosotros, desde casa, va proponiendo estéticas e ideas diferentes para cada uno de los temas, lo podemos hacer porque disponemos del tiempo para hacerlo. 

A.V.: Pero esta ha sido una manera de hacer mucho de este disco. En este sentido, el primero, Els millors profesors europeus (Discmedi, 2008), fue el más diferente de todos porque empezábamos de cero. Con el segundo, 10 milles per veure una bona armadura (Warner/Discmedi, 2011) como había muchos arreglos de cuerda, sí que hicimos mucho trabajo de ordenador. Y el tercero, decidimos sacar todos los detalles tocando juntos en el local. De hecho, de algunos de los temas de Atletes, baixin de l'escenari no hicimos ni maqueta antes de entrar en el estudio. Estaban tal como las habíamos parido en el local y así se quedaron. Con Jo competeixo nos planteamos desde el inicio que queríamos que fuera un disco muy producido, y para conseguirlo la herramienta más útil es ir grabando las ideas y probando sonoridades y arreglos a añadir y quitar. Pero, al final, las horas de trabajo son las mismas, ya sea en el local tocando todos juntos o delante del ordenador trasteando solo.   

¿Ahora que lo comentabais, qué se envían los Manel en su grupo de Whatsapp?

G.G.: Es muy serio y muy riguroso, todo lo que nos enviamos (ríe). Todo muy productivo. 

A.V.: Cosas prácticas del trabajo del grupo como “¿a qué hora quedamos mañana?" o “¿ya habéis escuchado eso que os he pasado? ¿Qué os parece?". Pero, evidentemente, también muchas chorradas. Como todo el mundo. 

Explicabais que desde el inicio tuvisteis claro que queríais que fuera un disco muy producido. Tanto que, de hecho, es la primera vez que habéis trabajado con un productor ajeno al grupo.

R.P.: Ya cuando acabamos el tercer disco, pensamos que estaría bien intentar trabajar con alguien más en el cuarto. Hasta entonces habíamos trabajado en todas las grabaciones de una manera más o menos similar, encargándonos nosotros cuatro de todo, y nos tentaba probar algo nuevo. Quizás no funcionaría, pero haría el proceso más interesante.     

Jo competeixo lo ha producido el norteamericano Jake Aron, bajista de Fort Lean y colaborador habitual de Chairlift, Grizzly Bear o Yeasayer. ¿Por qué lo escogisteis a él? 

R.P.: Teníamos más claro que queríamos que nos produjera alguien ajeno al grupo, que no quién nos gustaría que lo hiciera. 

A.V.: Realmente no teníamos ni idea de muchos nombres de productores. Y los que nos sonaban eran tan famosos que nos eran inaccesibles. No sabíamos por dónde empezar. 

¿Cómo lo hicisteis, pues?

A.V.: Empezamos a escuchar discos que nos gustaban, pero la gran mayoría estaban producidos por estos que son innacessibles (ríe). Escribimos a unos cuantos, explicándoles que somos un grupo de Barcelona, que canta en catalán... A veces ni nos contestaban. 

Sabemos perfectamente cuál es la dimensión del grupo y cuál se nuestro lugar en el mundo

¡Pero si sois los Manel!

G.G.: No es extraño. Sabemos perfectamente cuál es la dimensión del grupo y cuál se nuestro lugar en el mundo. Los productores extranjeros no tenían ni puñetera idea de quién somos y es normal que no se mostraran interesados. 

R.P.: Además, los escribíamos los mails en catalán. ¡Para eso está el Google Translate, no! (ríe).   

Que es la herramienta que debió utilizar a Jake Aron para entender qué le estabais explicando. 

A.V.: Dimos con Jake Aron a través de un amigo de un amigo. Fue el primero que se mostró totalmente interesado en trabajar con nosotros. Rápidamente nos pidió que le pasaramos material nuestro. Sólo eso, esta ilusión, ya nos ayudó a decidirnos por él.  

Y así fue como os marchasteis el noviembre pasado en Nueva York a grabar Jo competeixo.  

R.P.: El viaje también formaba parte de la aventura. Ya era un cambio considerable con respecto a las grabaciones anteriores.

A.V.: Cuanto más cambiáramos el entorno más motivador nos resultaría. Pero no era una condición obligatoria, tener que salir fuera para grabar el disco. 

Grabasteis parte del disco en los estudios del Jake en Brooklyn, pero también en una antigua iglesia reconvertida en estudio en Woodstock.  

G.G.: En realidad estuvimos en un pueblo muy pequeñín, de menos de 2.000 habitantes, que se llama West Hurley y que se encuentra a 20 minutos de Woodstock. Son lugares muy bonitos, al norte de Nueva York, los típicos pueblos donde tienen la segunda residencia la gente con dinero de la ciudad. Fuimos hacia Navidad y todas las casas estaban decoradas con luces, papas noeles y renos. Todo muy acicalado. Como de casita de muñecas.

R.P.: De hecho, no hicimos mucho turismo. Incluso dormíamos en el estudio. Sólo salíamos de allí para ir a comprar comida. Poca cosa más. 

G.G.: El estudio, además, estaba aislado, en el bosque, en las afueras del pueblo. Pero es que en West Hurley no había prácticamente nada: un supermercado, unos grandes almacenes y para de contar. Coincidió conque estábamos allí el día de Acción de Gracias, fuimos a una gasolinera que preparaban comida para llevar y compramos el típico pavo rello con unas salsas terribles. Finalmente, lo importante de ir a Nueva York para grabar el disco ha sido trabajar con Jake. 

¿Habéis encontrado lo que buscabais, trabajando con un productor externo al grupo?

A.V.: Sí. Es más, hemos encontrado cosas que no sabíamos que las buscábamos pero que nos han acabado gustado mucho. Y, por su parte, hemos encontrado un esfuerzo brutal para buscar el sonido ideal para cada cosa. Eso se nota en el resultado final del disco.

G.G.: El objetivo de trabajar con un productor, era llegar a Nueva York con las canciones en el mismo estado aproximadamente a cuando nosotros grabábamos un disco sin una voz externa que nos guiara. Hemos hecho las canciones igual, pero nos hemos aprovechado de su aportación para mejorarlas. Pero no queríamos que el cerebro se relajara por el hecho de saber que intervendría a un productor. El productor no tenía que tapar agujeros sino sumar.  

El resultado final, como comentábamos al principio, es un disco diverso y arriesgado. Con una paleta de detalles y arreglos brutal, que requiere todos los sentidos para apreciarlos en su plenitud. De alguna manera, Manel ya no sois el grupo para todos los públicos de vuestros inicios. 

A.V.: Puede ser. Es un factor que no pretendemos tener controlado, porque es imposible, y como es imposible no tiene ningún sentido intentarlo. Eso también nos lo habían dicho del anterior disco, y muy probablemente es cierto. ¿Es bueno o malo? No lo sé. Así es como nos salen las canciones y estamos contentos con el resultado. Después, llegue a quien llegue será bienvenido.  

M.M.: Con este disco, como con todos, perderemos público y también ganaremos nuevoseguidores. 

G.G.: En Internet lees comentarios de gente que afirma que desde el primer disco todo ha sido decadencia y vacío en nuestra trayectoria. Y después tienes los que, contrariamente, te dicen que empezaron a interesarse por nuestra música a partir del tercero. Vaya, que hay un poco de todo. Recuerdo cuando grabábamos el primero y estábamos contentos y excitados con lo que estábamos haciendo. Ahora, con el cuarto, la sensación es la misma. Después, el tipo y cantidad de público al que llegas es algo que no puedes controlar. Nosotros tuvimos la suerte de gustar con el primer disco, una suerte que, más o menos, hemos ido manteniendo a lo largo de los años. Y que dure.   

Si esta fuera nuestro primer disco, seguramente sería muy complicado que la gente nos hiciera caso

Probablemente, también habéis alcanzado un status en el que vuestros seguidores hacen un esfuerzo para que les guste todo aquello que hacéis. 

M.M.: Afortunadamente, la primera batalla, que es la más complicada, la tenemos ganada. Si este fuera nuestro primer disco, seguramente sería muy complicado hacernos un agujero y que la gente nos hiciera caso. En realidad, es la historia de todo grupo. Todos, como oyentes, cuando hemos empezado a seguir un grupo, les hemos dado confianza aunque empezaran a hacer cosas que no nos gustaban o nos defraudaran.  

¿Buscáis lo que dice la gente de vosotros a Internet?

G.G.: Hacía mucho tiempo que no. Pero ahora, que hemos publicado en Youtube el videoclip de Sabotatge, es imposible resistirse a leer los comentarios que deja la gente. Hace tiempo, sin embargo, que hemos aprendido que ser un grupo con cierto éxito implica que habrá quien te dirá cosas buenas y otros a los cuales no gustarás. Es imposible gustar a todo el mundo.

A pesar de estas incursiones en los ritmos tropicalistas, la sensación que despierta es que un disco crepuscular, un pelín triste o melancólico.

G.G.:  Esta es otra de las cosas que nos dicen con cada uno de los nuevos discos. No lo sé. Quizás hacemos música triste. Es posible. 

M.M.: Recuerdo una vez, relacionándotelo también con todo eso que estábamos hablando de los comentarios, que charlando con una chica me dijo que le gustaba mucho todo lo que habíamos hecho, pero que echaba de menos aquella euforia que había a temas como Al mar, Bernat, Nit freda per ser abril... del primer disco. No me lo había planteado, pero me di cuenta de que era cierto, que eran canciones más animadas. 

G.G.: No hemos buscado ni queríamos que fuera un disco más oscuro, triste, crepuscular o nostálgico que los anteriores. No han sido dos años peores que los dos que precedieron el disco anterior. Recuerdo muchos comentarios en esta línea cuando sacamos el tercero. Así que, supongo, hay una determinada sensibilidad intrínseca a nuestra personalidad como autores. Da rabia, porque te gustaría reinventarte a cada paso, pero... 

Siempre tiene que haber aquel elemento objetivo en las letras que te remueva alguna cosa dentro cuando las escribes

Si musicalmente os habéis reinventado, donde sí que se mantiene una misma personalidad es en las letras. Quizás menos evidentes, no tan exageradamente costumbristas, pero siguen teniendo aquel tratamiento narrativo tan característico vuestro. 

G.G.: Es un tema que hemos comentado entre nosotros. Quizás las opciones de cambio en la música son más acentuadas que con las letras. Aun así, el mundo de la canción popular está lleno de rincones que todavía no hemos explorado. Y está bien ir escuchando música y plantearte cómo hacen las cosas, cómo construyen las canciones los otros. Pero siempre tiene que haber aquel elemento objetivo en las letras que te remueva alguna cosa dentro de cuando las escribes.  

¿Estudiáis la manera de hacer otros artistas?

G.G.: Evidentemente. Nos dedicamos a eso y, por lo tanto, somos especialistas en hacer canciones. Cuando escuchamos música, la disfrutamos como un oyente normal pero también analizándola: ¿de dónde ha salido esta canción? ¿Cómo la debe haber escrito su autor?… Por ejemplo, a partir del segundo disco, había mucha canción narrativa, y como no tenía unos referentes próximos en este sentido, me interesaba mucho qué habían hecho cantautores como Bob Dylan, Phil Ochs o Townes Van Zandt. Si hablas con un grupo de estudiantes de cine, es muy bonito escuchar las lecturas que hacen de las películas que ven. Con los músicos y los discos tendría que ser lo mismo. 

R.P.: A veces, cuando estás perdido en una nueva canción, en aquel momento que no sabes hacia dónde tirar y...

¿Hacéis como Guardiola que, en los momentos complicados, se pregunta qué habría hecho Johan Cruyff?

R.P.: Sí (ríe). O te fijas en los recursos que utilizan otros grupos, en las estructuras que utilizan... O, directamente, lo copiamos (ríe). Es broma. !eh!

¿Habéis copiado a mucho de los otros, sin explicarlo abiertamente?

A.V.: Sí. Pero copiamos de una manera legítima o que nosotros creemos que es legítima. En el pop todo está hecho y todo está inventado. Vaya, que cuando nos fijamos en una idea que hemos escuchado en un disco, seguro que aquello mismo ya sonaba en otro álbum grabado muchos años antes. Eso, más que copiar, considero que es utilizar ideas. 

G.G.: Hay dos maneras de copiar: apropiarte de la idea de otro músico pero usándola de una manera completamente diferente, y la otra es cuando haces una canción y al cabo de poco te das cuenta de que te recuerda a alguna cosa y finalmente descubres que es calcada a otro tema de otro músico. Estas melodías que se parecen, sin embargo, casi siempre surgen de forma involuntaria. 

¿No es una copia, pero La serotonina es vuestro particular tributo a La bilirrubina de Juan Luis Guerra?

R.P.: ¡No! ¿Por qué lo dices? (ríe). Ahora seriamente, sí, totalmente; La serotonina es una aproximación del todo premeditada a este género, y al final ha salido lo que ha salido.  

Cuando escribes un tema con un tono tan agresivo como el de Jo competeixo tienes que confiar que la gente capte la ironía

Y cerráis el disco con el homónimo Jo competeixo, un tema que sorprende por esta letra tan auto-reivindicativa. 

R.P.: Somos conscientes de que esta es una de las posibles lecturas, pero no es la única ni el objetivo principal de la canción.           

G.G.: Cuando escribes un tema con un tono tan agresivo como el de Jo competeixo tienes que confiar que la gente capte la ironía que se esconde detrás. Que el oyente se dé cuenta de que el narrador no tiene por qué ser el intérprete. Cuando estás estilizando una emoción, a menudo la exageras. Emociones que en nuestra vida normal existen pero de una forma más relajada. 

Pero, aunque más relajadas, no tan acentuadas, existen. 

G.G.: Evidentemente. Hacer canciones no es nada más que pescar emociones. Y después las aíslas dentro de una melodía.

R.P.: Y finalmente, como dice Guillem, las estilizas y las amplificas. Pero Jo competeixo no tiene por qué ser un tema auto-reivindicativo.

Pero ya está bien que seáis gente normal, buenos chicos, pero también que de vez en cuando repartís alguna torta.

M.M.: ¡Ya era hora! (ríe).