Palermo (capital del reino de Sicilia), 12 de agosto de 1607, hace 618 años, Federico Rizzari (cinco años), hijo natural de Martín el Joven y Tarsia Rizzari, era embarcado dirección a la corte del rey Martín I de Catalunya-Aragón. Desde la muerte de María de Sicilia (1401), y en tan solo seis años, habían pasado muchas cosas. El joven viudo Martín se había coronado rey de Sicilia en solitario (1401). Se había casado —en segundas nupcias— con Blanca de Navarra, quinta en la línea sucesoria de Pamplona. Había engendrado a un heredero con su esposa navarra, Martín el niño (1403). Y, en medio, había engendrado a dos criaturas más con sendas damas de la corte de Palermo: Federico (1402), con Tarsia Rizzari, y Violante (1404), con Agata Pesce. ¿Por qué el rey Martín I arrancó a Federico de los brazos de su madre y ordenó que lo llevaran a Barcelona?

Representació de Martí I l'Humà y Martí el joven. Font MNAC
Representación de Martín I el Humano y Martín el Joven / Fuente: MNAC

¿Por qué arrancaron a Federico de los brazos de su madre?

Este capítulo recuerda el "secuestro" de María de Sicilia (1377), ordenado por el rey Pedro III, el padre de Martín I. Pero, en el caso de Federico y por razones obvias, con una carga de dramatismo muy superior. ¿Qué había pasado para que Martín I repitiera la acción de su padre, Pedro III, esta vez en la persona de Federico? Pues, sencillamente, que Martín el niño —el hijo de Martín el Joven y Blanca de Navarra, y el único heredero posible al trono de Barcelona— había muerto, prematuramente, cuando tenía cuatro años (1407). En aquel momento, la continuidad de la estirpe Belónida estaba gravemente comprometida, y hasta que Martín y Blanca no engendraran a un nuevo heredero —de género masculino y de salud vigorosa— los dos reyes (padre e hijo) convinieron arrancar a Federico de los brazos de su madre —por razones de Estado—, legitimarlo y proclamarlo heredero —por prudencia y seguridad.

Representació de Maria de Sicília y de Blanca de Navarra, esposas de Martí el Joven. Fuente Wikimedia Commons
Representación de María de Sicilia y de Blanca de Navarra, esposas de Martín el Joven / Fuente: Wikimedia Commons

¿Qué pasó con Tarsia y con el pequeño Federico?

Tarsia y Agata desaparecen de las fuentes documentales, pero, en cambio, los testimonios que explican la vida barcelonesa de los pequeños Federico i Violante son muy frecuentes y nada agradables. Cierta documentación de la cancillería de Barcelona se refería a los hijos palermitanos de Martín el Joven como "los bastardos" y denunciaba que habían sido víctimas de agresiones perpetradas —muy reveladoramente— por Martín "lo panisser" —el responsable de la panadería real— y por Arnau "lo boteller" —el responsable de la bodega real. Esta extraña situación se explicaría porque en aquel momento Federico y Violante no tenían más categoría que la de recambio, únicamente, en una situación de emergencia. En la cancillería de Barcelona, todo el mundo confiaba en que los reyes sicilianos Martín el Joven y Blanca de Navarra engendrarían nueva descendencia.

Saltan las alarmas

Pero pasados dos años saltarían todas las alarmas. El 25 de julio de 1409 moría —prematuramente y sin descendencia legítima— Martín el Joven, rey de Sicilia y heredero al trono de Barcelona. La dramática campaña de Cerdeña —que algunos historiadores denominan "Vietnam catalán"— causaría la muerte del heredero y precipitaría la mayor crisis de la historia de los Belónidas. El esperado relevo del difunto Martín el niño (hijo del entonces también difunto Martín el Joven) nunca había llegado y nunca llegaría. Y la figura de Federico ganaba la categoría de imprescindible. Martín I absorbió la Corona siciliana y se apresuró a recuperar el tiempo perdido. A contrarreloj y con la colaboración del antipapa Benedicto XIII (el papa Luna, de la sede de Aviñón), iniciaría, finalmente, los trámites para legitimar y proclamar a Federico heredero al trono.

La muerte del último Belónida

La crisis se agravó pasados dos años, con la muerte del rey Martín I, que —como su hijo— había muerto sin descendencia legítima (31 de mayo de 1410). Se puede decir que Martín I murió con toda la colada en el lavadero. Terminó, sospechosamente, la víspera de la legitimación y proclamación de Federico (prevista para el 1 de junio de 1410). Al día siguiente, el rey Martín I todavía no había sido sepultado y ya se proponían, públicamente, los candidatos a relevarlo y sus respectivos partidos. Todavía nadie hablaba de la Asamblea de Caspe (1412), pero Jaume de Urgell ya perfilaba su candidatura con el apoyo de la nobleza feudal; Fernando de Trastámara con el de las clases mercantiles urbanas, y la dupla Luis de Provenza-Violante de Aragón (la única descendiente de Juan I, el hermano mayor y antecesor de Martín I) con el de la élite funcionarial de la cancillería.

Representació de Ferran de Trastàmara y del Papa Luna (siglo XV). Font MNAC y Basílica de Santa Maria de Morella
Representación de Fernando de Trastámara y del papa Luna (siglo XV) / Fuente: MNAC y Basílica de Santa María de Morella

Palermo, con Federico

Federico no había llegado a ser legitimado. Incluso, después de la muerte de Martín I, el papa Luna —el principal colaborador del rey en la operación de legitimación— lo había abandonado para engrosar el partido de Fernando de Trastámara. Pero, en cambio, la nobleza siciliana —que siempre había expresado reservas a la empresa unificadora— se alineó con la causa de Federico. La coronación de Federico —nieto del rey catalanoaragonés e hijo del rey siciliano— alteraba totalmente los pesos de aquella empresa unificadora: Sicilia ya no jugaría un papel secundario. Sin embargo, a medida que el interregno (1410-1412) se acercaba a la decisiva Asamblea de Caspe (1412), las posibilidades de Federico y las expectativas de la nobleza siciliana se apagaban. Los otros partidos, sobre todo el de Fernando de Trastámara y las clases mercantiles urbanas, las ahogarían.

Barcelona, València y Mallorca, con Ferran

Las potentes clases mercantiles urbanas habían perdido totalmente la confianza en la casa Belónida. Los pequeños Federico i Violante no eran más que un obstáculo en una operación de gran envergadura que consistía en sustituir a la vieja (y agotada, a criterio de las clases mercantiles) estirpe catalana. La cita "sangre nueva" se convirtió en la divisa del potente partido que abogaba por un cambio necesario para saludar a los nuevos tiempos que se avistaban (el fin de la Edad Media). Y en la grasa de la maquinaria del golpe de Estado que precedería la elección de Caspe (1412). El Principat de Catalunya —con las Mallorques— y los reinos de València y de Aragón presentaron a sus tres respectivos compromisarios, pero, en cambio, no se concedió el mismo derecho a los reinos de Sicilia y de Cerdeña, que, con su presencia, habrían podido cambiar el signo de la votación a favor de Federico.

Representació que algunos historiadores atribuyen a Frederic Rizzari, de mayor, con l'habit de la Orden de Santiago. Fuente Wikimedia Commons
Representación que algunos historiadores atribuyen a Federico Rizzari, de mayor, con el hábito de la Orden de Santiago / Fuente: Wikimedia Commons

¿Qué quedó, de todo aquello?

En Caspe, Fernando de Trastámara se convirtió en el nuevo ocupante de los tronos de Barcelona y de Palermo, unificados desde los tiempos de su antecesor Martín I. Y la cancillería de Barcelona se ocupó de ocultar a "los bastardos". Violante fue casada con un noble castellano, que la humilló y abandonó. Murió joven (veinticinco años) y sin descendencia. Y Federico se perdió en la nebulosa de la historia, y, después de un turbio asunto con perfume de emboscada en el puerto de Sevilla, acabaría recluido en una mazmorra de los Trastámara castellanos hasta su muerte (a los treinta y seis años). Sin embargo, poco antes de que se precipitara la tragedia de Caspe (hacia 1409), llegó a Barcelona una vieja amiga del difunto Martín el Joven —probablemente también amiga de Tarsia y de Agata— para ayudar a la crianza y la educación de los pequeños Federico i Violante.

La palermitana Anastasia Spatafora

La palermitana Anastasia Spatafora es lo que quedaría de la historia creada por Martín el Joven, Tarsia, Agata, Federico y Violante. Anastasia no conseguiría su propósito inicial, pero, en cambio, sería la creadora del primer servicio de protección a la infancia de la historia de la humanidad. Madona Astasia —cómo era conocida popularmente en Barcelona—, amiga del difunto Martín el Joven, crearía un sistema remunerado de amamantamiento para los huérfanos abandonados en el torno del Hospital de la Santa Creu (nodrizas a sueldo); un sistema de adopción —también remunerado y controlado—, y una bolsa de becas para que las niñas huérfanas en edad de casarse pudieran negociar un matrimonio con el hijo de un menestral e impedir, de esta forma, que cayeran en manos de la prostitución y de la delincuencia.

El seis hospitales de Barcelona que se reunieron para crear el Hospital de la Santa Creu, puesto de trabajo de Madona Astàsia. Fuente Archivo del Hospital de la Santa Creu
Los seis hospitales de Barcelona que se reunieron para crear el Hospital de la Santa Creu, puesto de trabajo de Madona Astasia / Fuente: Archivo del Hospital de la Santa Creu