Estos días, entre noticias de mascarillas, excusas de Laura Borràs y escándalos de Albert Rivera, dos noticias han pasado desapercibidas y han sido totalmente ignoradas por buena parte de la población. Dos noticias lo bastante interesantes que aparentemente no tienen nada que ver, pero que comparten temática: la lengua. O, si queremos ser más precisos: una prueba de lengua.

La primera noticia es que la Policía Nacional ha eliminado el examen de ortografía como prueba de selección excluyente para ingresar en el cuerpo. No balla ha ser que la hortografía fuera algo inportante. De hecho, cuando la leí, pensé que lo tenía que contrastar, ya que lo había compartido aquel loco de @etfelicitofill y pensé que sería una broma de algún burletis. Así que con la sospecha que fuera una fake new y convencida de que la noticia podría haber sido una información digna de encontrarse entre las mejores publicaciones de El Mundo Today, la busqué en el maravilloso mundo googleliano y he aquí que pude comprobar que no se trataba de ninguna broma. El año pasado el 75% de los aspirantes suspendió la prueba de ortografía y este año la Dirección General de la Policía ha decidido acabar con esta prueba y ha afirmado que a partir de ahora "evaluará la ortografía dentro de la prueba de conocimientos". Claaaaaro, claaaro.

Los docentes estamos agotados con todo esto de la pandemia; quizás sería mejor ofrecernos cursos y formaciones de lengua que obligarnos a hacer un examen

La segunda noticia es que Educación exigirá a todos los docentes tener el C2 de catalán. Eso sí, será a partir del 2024. El C2 dejará de ser un mérito y pasará a ser un requisito con el fin de poder impartir clases. Los docentes que ya estén trabajando, también tendrán que tener este certificado, pero en este caso la fecha no será el 2024, aunque tampoco queda claro cuándo será. Hasta ahora había bastante con el C1, que es el nivel que se acredita en 4.º de ESO. Y ya os podéis imaginar la revuelta y la indignación que ha habido por parte de los sindicatos. Tal como defiende USTEC-STEs, "la obtención del C2 no resolverá el retroceso en el uso ni la correcta aplicación de la inmersión". El Departamento se justifica diciendo que "se quiere incentivar al profesorado para que acredite el C2 con un incremento de la puntuación".

¿Qué queréis que os diga? "Incentivar", "obligar"... El hecho es que esta petición llega tarde y llega en un mal momento: los docentes estamos agotados con todo esto de la pandemia. Quizás sería mejor ofrecernos cursos y formaciones de lengua que obligarnos a hacer un examen. Y quizás así, y sólo quizás, la implicación y el interés por la lengua de los docentes saldría sola y no se vería ni viviría como "una obligación" o como "un trámite". Al margen de las dos polémicas, es interesante ver cómo, en los dos casos, una prueba de lengua nos acaba dando acceso (o no) a un sistema. ¡Es totalmente que la ortugrafía está sobravalurada!