El periodista Francesc Garriga nos transporta a través de un fascinante viaje por las luces y sombras de los Estados Unidos en su nuevo libro "A Washington en paracaídas" publicado por Pòrtic Edicions. Desde su llegada como corresponsal de Catalunya Ràdio en noviembre de 2021, Garriga ha experimentado un "vértigo inicial" que pronto se convirtió en una emocionante aventura llena de contrastes que lo ha llevado a visitar más de una veintena de estados en poco más de dos años. Un periodista formado en el mundo deportivo que ha presentado programas de televisión, como L'Onze, en Esport 3, y que ha dado el salto a la política internacional yendo a parar en la capital política del mundo, Washington D.C.. Un salto gigante, al vacío, pero también emocionante, como explica en esta conversación con ElNacional.cat.

Garriga comparte sus experiencias, desde el glamour y el lujo desmesurado de Hollywood o la Superbowl hasta la cruda realidad de los tiroteos que, semana tras semana, azotan los EE.UU. y forman parte del día a día en grandes ciudades como Washington. Según Garriga, en los Estados Unidos uno se encuentra tanto "lo mejor como lo peor del mundo", desde el glamur de los Premios Óscar hasta la devastación de las tragedias causadas por la violencia armada o una crisis migratoria en la frontera con México que se ha convertido en una de las principales armas políticas de cara a las próximas elecciones presidenciales, a finales de 2024.

En el libro, Garriga explica, con la metáfora del salto con paracaídas, cómo vivió inicialmente el cambio desde el periodismo deportivo a una corresponsalía como Washington. "Lo que más miedo se me daba era pensar que la gente no me creería porque yo venía del deporte y ahora les tenía que explicar la política de EE.UU.", explica. Sin embargo, desde un buen inicio pudo contar con el apoyo del grupo de corresponsales españoles desplazados a Washington, que, según dice, se convirtieron en su "punto de apoyo". Garriga relata cómo, siendo un periodista catalán en Washington, "no te hacen mucho caso". Acostumbrado a tratar la actualidad deportiva catalana y ser un periodista con gran relevancia en el panorama local, llegar a Washington supuso perder el acceso a las grandes fuentes. "En Barcelona podía llamar a quien necesitaba o hacer entrevistas con gente relevante, allí, si no te pueden usar para ganar votos, no les interesas", relata. Sin embargo, Garriga ha sabido encontrar la forma de acercar a los oyentes catalanes a la realidad de EE.UU. a través de historias con un importante factor humano, más allá de la inmediatez de la actualidad política que reclama una corresponsalía en Washington.

Una parte significativa del libro se centra en sus coberturas de tiroteos, una tarea que Garriga describe como una regla no escrita entre periodistas, donde un tiroteo no es noticia hasta que "hay al menos cinco víctimas mortales". A pesar de la frivolidad aparente de esta regla, lo ha asimilado como parte de su día a día en una ciudad donde los tiroteos son lamentablemente comunes. "Si no ponemos este umbral, podríamos llegar a cubrir tres o cuatro tiroteos al día. Es frívolo, pero necesario", explica.

Entre las experiencias más impactantes, relata su cobertura de la masacre en una escuela primaria en Uvalde, Texas, donde perdieron la vida 19 niños y 2 adultos. Fue uno de los tiroteos más mediáticos de los últimos años y que sirvió para que, por primera vez en mucho tiempo, tanto demócratas como republicanos empezaran a abordar el debate sobre la regulación de las armas en EE.UU. "Es imposible prohibir las armas, simplemente no se puede porque hay más armas que habitantes (en EE.UU.), pero el tiroteo de Uvalde provocó que incluso algunos líderes republicanos empezaran a plantear algunas regulaciones", afirma. A través de estas páginas, el autor reflexiona sobre como se cubre un tiroteo y el impacto emocional que estas tragedias tienen en él como periodista. "Cuando llegué allí (a Uvalde), no sabía muy bien qué hacer, era mi primer tiroteo, pero hablar castellano me ayudó a poder charlar con la gente de allí, ya que muchos eran latinos," relata. En este sentido, destaca que en muchas ocasiones el hecho de hablar castellano le ha acercado a muchos testigos latinos, también en el caso de la crisis migratoria.

Pero no todo son tragedias en la vida de un corresponsal en los Estados Unidos. Garriga también destaca la purpurina y el glamur de acontecimientos como los Premios Óscar, así como la peculiaridad de la vida cotidiana en el país, desde ferias rurales con carreras de cerdos hasta vacunaciones en supermercados al lado de las pizzas congeladas durante la pandemia. "En algunas situaciones parece un poco distópico", concluye. En el ámbito deportivo, Garriga celebra la llegada de figuras como Lionel Messi al Inter de Miami y ha cubierto acontecimientos de gran magnitud como la Superbowl. "Es puro espectáculo, un show de dimensiones desmesuradas, pero que vale la pena vivir," afirma el periodista catalán, a quien todavía le quedan dos años de corresponsalía en la capital política del mundo.