En aquel espacio imposible donde confluyen el Tradionàrius y el Sónar es donde encontramos a Joana Dark, el proyecto con que hemos descubierto a Ariadna Rulló. Fue durante la pandemia, aquella época en el que, cerrados en casa, las semanas tenían 8 días, y los días 25 horas. A través de su padre, Ton Rulló, miembro de Coses, grupo de folk de culte de los años setenta, Ariadna se adentró en elFolklore de Catalunya (1950-1969), obra referencial del etnólogo y folclorista Joan Amades. Un cancionero de raíz que se propuso reformular aproximándolo a la música electrónica. El resultado de esta colisión de pasado, presente y futuro, tradición e innovación que la sitúa en las mismas coordenadas sonoras de compañeras generacionales como Tarta Relena o Maria Arnal i Marcel Bagés, es La lireta, EP que este fin de semana ha presentado al Eufònic, festival del cual se ha destacado como una de las propuestas más reveladoras y estimulantes de nuestro cosmos polifónico.

Siempre me ha costado separar la música de algún tipo de revolución

¿De dónde sale Joana Dark?
He tenido varios proyectos, siempre relacionados con la música electrónica. Me gustaba y me gustan mucho Fever Ray, HBOV, Grimes, CocoRosie, Moderat... Mi fijación desde pequeña siempre iba hacia fuera: Europa, EUA... Grupos principalmente de habla inglesa. Ya hace unos años, sin embargo, me enamoré de nuevas propuestas catalanas emergentes que pienso han dado un giro a la nueva escena de aquí.

¿En tu caso, todo nace a partir de un libro de Joan Amades, verdad?
Sí, de la forma más random posible, hojeando uno de sus libros. Me sorprendió mucho ver tantos refranes y canciones que hablaban específicamente sobre la mujer de entonces.

Me sorprendió mucho ver tantos refranes y canciones que hablaban específicamente sobre la mujer de entonces

En La lireta, tu primer EP, musicas algunos de sus textos. ¿Como hiciste la selección?
Inicialmente, siempre intentamos encontrar una letra que nos hiciera 'estallar' un poco la cabeza. Canciones de trabajo que hacían vislumbrar cómo era el papel de la mujer de los siglos pasados. Tuvimos que revisar muchos textos, lo más importante para nosotros era también el contexto con el cual se cantaban y lo que nos hacía entender la letra sobre éste. No tenemos que olvidar que la mayoría de ellas eran canciones de trabajo, se cantaban para hacer que la rutina de los trabajos resultara menos pesada. La mayoría de canciones venían con su partitura, lo que nos encontramos es con melodías y canciones de tono muy alegre, para bailar y repiquetear de pies. Nos sorprendió muchísimo que la música fuera tan festiva y las letras tan duras, así que casi las adaptamos todas a tonos menores, respetando algunas estructuras y melodías, pero intentando encontrar una música que acompañara e hiciera justicia a que decían las letras.

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Joana Dark ha reinterpretado la obra de Joan Amades en el EP La lireta

¿Cuándo entraron en juego Judit Pi y Arnau Vallvé, batería de Manel, que ha sido el responsable de la producción del EP?
La Júdit fue un elemento clave con respecto a la composición y el tono que queríamos dar a los temas. Ella también tiene su proyecto propio y nos encontramos para trabajar juntas este EP, dándole forma al concepto. Arnau, con su producción, pienso que le ha dado un estilo y un camino al proyecto, que nadie de nosotros se esperaba. Entendió muy bien lo que queríamos con nuestras composiciones y dónde queríamos llegar. Estamos muy contentas.

La música electrónica da mucho margen de experimentación y salen sinergias muy interesantes si intentas unirla con el folk o la música de raíz

¿Cómo fue este proceso de ensamblaje de música electrónica y sonidos tradicionales?
Muy enriquecedor. El trabajo de investigación y de intentar acercar las melodías y sonidos más tradicionales (de los que venimos) al contexto actual ha sido muy divertido y muy natural. La música electrónica da mucho margen de experimentación y salen sinergias muy interesantes si intentas unirla con el folk o la música de raíz.

En La lireta la visión de la mujer surge a partir de sacar a la luz la parte más oscura de nuestra cultura. ¿Una visión antigua pero con una presencia todavía relevante a nuestra sociedad, verdad?
Personalmente, siempre me ha costado separar la música de algún tipo de revolución. Cuando vi por primera vez estas canciones en papel, lo primero que pensé es en qué se tenían que explicar. Todas en algún momento hemos cantado alguna canción tradicional, o bien hemos visto nuestras madres o abuelas como las cantaban sin afinar lo suficiente la oreja. Algunas son realmente escalofriantes, incluso podemos encontrar referencias de violencia de género normalizada. De alguna manera sentí el impulso de revisar nuestro pasado, nuestra cultura, de donde venimos y así poder entender dónde estamos y por qué.

Nuestras abuelas son pozos de sabiduría de valor incalculable. Son nuestra memoria. Venimos de ellas

Hablando de mujeres, en el disco hay un sampler de tu abuela. ¿Tendríamos que escuchar mucho más a nuestros mayores?
Después de todo este proceso con La Lireta, pienso que nuestras abuelas son pozos de sabiduría de valor incalculable. Son nuestra memoria. Venimos de ellas. El trato que están recibiendo actualmente es un síntoma de cómo tenemos la sociedad y nuestros valores. Que cada uno saque su propia conclusión.

¿Sólo a partir de redescubrir el pasado podemos entender el presente e intuir el futuro?
Pienso que es importante revisar de dónde venimos de cara a ver cómo queremos vivir nuestro presente y encarar nuestro futuro. Escuchar y dar herramientas a los más jóvenes es igual de importante.

¿Sientes que formas parte de toda una nueva escena que decodifica el presente y el futuro a partir de revisar nuestro pasado, nuestro legado, como podrían ser las Tarta Relena o Arnau Obiols?
¡Dos referentes que admiramos mucho! Junto con Maria Arnal y Rodrigo Cuevas, entre otros son para nosotras grandes fuentes de inspiración. También creemos que está pasando lo mismo en otras disciplinas artísticas, sobre todo poesía.