Este año se celebran los cien años del paliebot Santa Eulàlia, el barco de vela gestionado por el Museu Marítim que se ha convertido en todo un emblema del puerto barcelonés. Este velero a principios de siglo XX se ganó el sobrenombre de "el Chulo", por|para su facilidad para navegar (en tiempo de la República incluso se había usado para llevar contrabando). Se trata de un velero que se construyó en Alicante para el comercio con América y con los puertos del Mediterráneo. Para esta conmemoración el Museu Marítim ha preparado un amplio programa de actos que durará todo un año, hasta las fiestas de Santa Eulàlia del año que viene.

Botadura Carmen Flores 14 enero 1919

Botadura del Carmen Flores, 14 de enero de 1919.

Uno de los más antiguos del Mediterráneo

El Santa Eulàlia es uno de los barcos más antiguos en funcionamiento en el Mediterráneo: todavía sale a navegar cada semana. De hecho, cien años es mucho para un barco, y hay pocas embarcaciones en el mundo que hayan superado este hito. El barco fue construido en Torrevella en 1918, por encargo del armador Pascual Flores (el otro barco del mismo armador, Pascual Flores continúa en activo, pero muy modificado). En 1920 el Santa Eulàlia ya hizo un viaje a Cuba, pero durante muchos años se dedicó al transporte de cabotaje, llevando sobre todo sal y naranjas, pero también cereales, leña... Primero se había llamado Carmen Flores, más tarde se llamó Puerto de Palma, Cala SantVicenç, Sayremar 1... Fue comprado por el Museo Marítim, en 1997, en una subasta en Cartagena y el año 2000 se concluyó su restauración para devolverle su aspecto original. Se le dio el nombre de Santa Eulàlia en homenaje a la patrona de la ciudad. Y en los últimos años ha ocupado un papel importante en los programas educativos del Museu.

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El Carmen Flores haciendo transporte de cabotaje, sin fecha.

La fiesta del velero, con veleros

El 23 de marzo se iniciarán los actos de conmemoración, en el puerto, y se alargarán hasta el 12 de febrero (y, obviamente, incluirán algunas visitas guiadas al barco). Uno de los platos fuertes de la celebración será el encuentro de embarcaciones antiguas, que se hará el 23 de marzo en el Moll de la Fusta. Todas juntas se marcharán hacia el tradicional encuentro de barcos de la ciudad occitana de Sete, en el Festival Marítimo Escale, siguiendo la tradicional "ruta de los cítricos". También se ha previsto una serie de pequeñas salidas del puerto para mostrar Barcelona desde el mar. Durante meses, el Santa Eulàlia circulará por muchos pueblos de la costa catalana con el fin de darse a conocer por todo el territorio. También habrá conferencias, charlas... El 3 de junio el MuseuMarítim celebrará una gran fiesta con toda la gente que colaboró con la restauración del Santa Eulàlia y con aquellos que participan en sus proyectos educativos. Y de mayo en diciembre una exposición en el Museo dará más relieve a la conmemoración (que coincide, este año, con el centenario del mismo Museu, en que se celebrará el sábado 2 de junio). Y también habrá actividades de cariz más académico, como congresos y seminarios, para los amantes de la navegación a vela y de la historia marítima.

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Pailebote Santa Eulàlia © Pere de Prada.

Una parte importante de nuestro patrimonio

Mercè Conesa, presidenta de la Diputació de Barcelona y del consorcio del Museu Marítim, vestida con una chaqueta amarilla en reivindicación de la libertad de los presos políticos, ha presidido el acto de inauguración de este año de fiesta y reflexión. Conesa asegura que el Santa Eulàlia es un equipamiento que desborda el ámbito estrictamente barcelonés y es un emblema de nuestra historia marítima. Conesa ha afirmado que el pailebote es "patrimonio de los ciudadanos y las ciudadanas" y que nos remite a la historia marítima y comercial del territorio. Roger Marcet, el director del MuseuMarítim ha celebrado que este barco siga siendo útil, ya no transportando mercancías, sino ofreciendo conocimientos a los escolares y a los amantes de los barcos. Y ha destacado que en 2011 el pailebote fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Eso hace que se tenga que proceder a su mantenimiento siguiendo unas normas muy estricto, según la Ley de Patrimonio Cultural, pero que, al mismo tiempo, para poder navegar tiene que adaptarse a las rígidas normas de las autoridades navegación. Marcet apunta que se trata de todo un desafío, pero que hasta ahora se ha conseguido y que el Santa Eulàlia, un barco centenario, conserva su estructura original y, al mismo tiempo, puede navegar. Un reto superado.