¿Qué hacer cuando la casa se queda pequeña? ¿Dónde guardar esas pertenencias de las que nadie se quiere desprender? Desde hace varios años, los vecinos de Cataluña están volcando su interés en los trasteros urbanos, cuya expansión por España comenzó en Barcelona y a partir de ahí han ido pasando por todas las ciudades del país. En especial, los de empresas como HOMEBOX Barcelona tienen gran aceptación en toda la geografía catalana, desde la propia ciudad condal hasta Castelldefels, Molins de Rei o Santa Coloma de Gramenet, entre otros lugares.

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La solución a los problemas de vivienda

En los últimos años, las familias cada vez están sufriendo más problemas de espacio. Las viviendas se quedan cortas, los metros escasean y el estilo de vida actual lleva a que las personas tiendan a acumular sus pertenencias con el paso del tiempo.

Libros, películas, juguetes, coleccionables, ropa o cualquier otro objeto que pueda gustar a cada tipo de persona, todo se colecciona. Eso deriva en problemas de espacio, en especial en familias con hijos en las que se requiere llenar los armarios de ropa, utensilios de estudio y otros elementos de uso cotidiano.

Por ello las familias han encontrado la solución en los trasteros urbanos. En ellos, por una tarifa ajustada, es posible tener una habitación extra de los metros que sea necesario donde llevar a cabo el almacenamiento de todo lo que quieran los clientes. Estos espacios están creados de forma segura, con una temperatura adecuada y unas medidas de privacidad máximas que permiten almacenar cualquier cosa que se les ocurra a sus clientes.

Trasteros para particulares, pero también para empresas

En estos trasteros se ve cómo los particulares los utilizan como cajón desastre de las pertenencias que quieren tener cerca, pero que no se pueden dar el lujo de tener en casa por falta de espacio. También hay quien los utiliza para guardar sus objetos de colección más preciados, dejándolos en cajas o incluso colocando pequeñas estanterías con todo bien ordenado.

Otro perfil habitual son las familias que almacenan la ropa de la temporada opuesta a la que se esté usando. Por ejemplo, en verano se guardan los edredones nórdicos, las mantas, los abrigos y todo ese tipo de prendas que suele ocupar mucho volumen y que puede pasar una temporada guardada en el trastero sin que nadie las vaya a echar de menos. Y en invierno, el trastero se usa para la ropa de verano, la tabla de surf y todos los objetos relacionados con la playa.

Además, las empresas, según los datos que desvelan firmas dedicadas al alquiler de trasteros, también los utilizan como forma de almacenar material, stock y mobiliario que no se esté usando por un motivo u otro. En ocasiones son clientes que usan los trasteros a largo plazo, mientras que otras veces solo se alquilan durante un breve periodo de tiempo con la intención de usarlos de apoyo en, por ejemplo, un proceso de mudanza.

De una manera u otra, los trasteros urbanos se han convertido en una de las herramientas más convenientes y que más personas utilizan en estos días. Por ello, es frecuente ver cómo las calles de Cataluña se van llenando de estos locales tan prácticos y modernos.