El mundo afronta una situación de emergencia climática. En el Día Mundial de la Eficiencia Energética, es importante recordar que la lucha contra el cambio climático pasa necesariamente para hacer la transición hacia un modelo energético más limpio, sostenible, justo y democrático, ya que el consumo de energía es la principal fuente de las emisiones de gases de efecto invernadero. En Catalunya, el modelo energético es el responsable del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Catalunya ha asumido el reto de la neutralidad climática y la descarbonización del sector energético el año 2050, y este reto parte de la premisa que la transición energética va mucho más allá de la sustitución de las energías de origen fósil por energías renovables. La transición energética que propone el Govern de Catalunya incluye la generación de energía con fuentes renovables y también aborda aspectos como el empoderamiento de la ciudadanía y las empresas, el equilibrio territorial o una transición justa e inclusiva, pero paso sobre todo por el ahorro y la eficiencia energética como principal eje de trabajo.

El modelo energético hacia el cual avanza el país requerirá reducir el consumo de energía y optimizar al máximo la que se utiliza. La Prospectiva Energética de Catalunya 2050 (PROENCAT 2050), que ha elaborado el Institut Català d'Energia (ICAEN) y ha sido presentada este febrero, calcula que para alcanzar la neutralidad climática el año 2050 habrá que reducir un 30,3% el consumo de energía final, y que la intensidad energética (relación entre el consumo de energía y el PIB) disminuya un 57,0%, es decir, que Catalunya tendrá que ser capaz de producir lo mismo con menos de la mitad de energía.

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Las energías renovables tendrán un papel importante en la transición energética, pero no lo son todo

Para avanzar en esta dirección hay tres grandes líneas de trabajo. Una es el ahorro energético a consecuencia de la reducción de los consumos energéticos. El cambio de nuestros hábitos de consumo en el hogar, la reducción de los desplazamientos innecesarios, la disminución de la movilidad por teletrabajo, etc., son ejemplos que conducen a reducir nuestras necesidades de energía.

También tendrá un papel clave la mejora tecnológica. En todos los ámbitos de actividad se han ido produciendo innovaciones técnicas que permiten conseguir el mismo resultado con un menor gasto de energía, y es imprescindible ir sustituyendo las tecnologías menos eficientes por las que lo son más. La edificación es el ejemplo más claro: hoy día, la normativa ya obliga a que los edificios de nueva construcción sean de consumo de energía casi cero, es decir, que sean muy eficientes para conseguir un elevado nivel de confort, de manera que gasten poca energía y que sean capaces de autogenerar la que necesiten. Igualmente, existen soluciones técnicas (como mejorar el aislamiento, optar por la bomba de calor a la hora de climatizar, conectarse a redes de calor y frío, autogenerar la misma energía, etc.) para que los edificios ya construidos incrementen su eficiencia energética. Sin embargo, más del 80% del total de certificados de eficiencia energética gestionados por el ICAEN (casi 1,2 millones de edificios) obtiene las peores calificaciones de eficiencia energética.

Finalmente, la otra gran línea de trabajo es la electrificación. La energía eléctrica es una forma de energía limpia cuando se genera con fuentes de energía de origen renovable y es la más eficiente en la mayoría de aplicaciones. Por eso, la PROENCAT 2050 apunta a una progresiva electrificación de la demanda de energía de Catalunya, pasando del 24,8% actual al 76,4% en el 2050. En este caso, el sector del transporte es el ejemplo paradigmático: en la actualidad, este sector representa un 45% del total de la demanda de energía de Catalunya, y un 95% de esta demanda se satisface con combustibles derivados del petróleo. Según la PROENCAT 2050, la apuesta por la movilidad eléctrica y por la intermodalidad podría incrementar la electrificación de este sector del 1,5% hasta el 62,6%, y reducir su consumo energético global a la mitad. Otro ejemplo de electrificación es la utilización de los sistemas eléctricos de bomba de calor para la climatización en los edificios, en sustitución de combustibles fósiles como el gas natural.

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El sector del transporte representa un 45% del total de la demanda de energía en Catalunya

La demanda de energía de Catalunya la hacen las personas, las empresas y las entidades e instituciones, y son ellas quién tienen que aplicar medidas para avanzar en la mejora tecnológica y en la electrificación de sus consumos energéticos. Como este tipo de actuaciones a menudo requieren de una inversión inicial, el Govern, a través del ICAEN, tiene abiertas diferentes líneas de ayudas por valor de 220 millones de euros para que personas y empresas puedan aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética en cualquier ámbito de actuación, y contribuir al objetivo de la descarbonización del modelo energético.

Sin eficiencia energética no habrá ni transición ni nuevo modelo energético

Hoy día, existe una línea de ayudas a la industria para la eficiencia energética dotada con 35 millones de euros, que complementa una primera línea de 49 millones ya agotada. También están vigentes el Plan MOVES III de impulso a la movilidad eficiente, con un presupuesto de 65,8 millones de euros; las ayudas al autoconsumo, con una dotación de 115 millones de euros, y las ayudas a la rehabilitación energética de edificios en municipios de menos de 5.000 habitantes, que cuentan con una partida de 5,74 millones de euros.

El mensaje claro está: sin eficiencia energética no habrá ni transición ni nuevo modelo energético. Y el mejor momento para actuar es ahora, porque la emergencia climática no espera.