El virus respiratorio sincitial (SRV) es un común que produce síntomas parecidos a los del resfriado y es simplemente una molestia para la gran mayoría de las personas que lo contraen. Pero para los bebés, especialmente los que viven en países menos desarrollados, puede ser fatal.

Dependiendo de su edad, los síntomas y el tipo de infección, los síntomas pueden variar. Por lo general, aparecen dentro de los cuatro a seis días posteriores a la infección y consisten en fiebre, congestión, tos, respiración difícil, corta o rápida. Y piel azulada, aunque estos solo se observan con infecciones más graves, como bronquiolitis o neumonía.

Existen varios tipos de pruebas de laboratorio que se utilizan para el diagnóstico. La más utilizada es la prueba de diagnóstico rápido. Esta prueba busca el antígeno RSV en las secreciones nasales. Se puede tomar un hisopo nasal en el consultorio de su médico y enviarlo para su análisis.

Dado que el RSV es un virus, no se puede tratar con medicamentos como los antibióticos. En la mayoría de los casos, especialmente en niños mayores, los síntomas del RSV son similares a los de un resfriado o gripe. Muchos de estos casos de RSV se resuelven sin tratamiento. Descansar lo suficiente y beber mucho líquido puede ayudar a los niños a recuperarse. Además, la succión regular de la mucosidad de la nariz con una pera de goma puede aliviar la congestión en bebés y niños pequeños.

Niño pequeño enfermo

En niños más pequeños, especialmente menores de 1 año, el RSV puede ser más grave. La infección por RSV puede provocar bronquiolitis, que es una inflamación de las pequeñas vías respiratorias de los pulmones. También puede provocar neumonía. Estos niños pueden necesitar ser hospitalizados. Es posible que se requiera tratamiento con líquidos intravenosos, oxígeno y aire humidificado. En casos más severos, puede ser necesario un ventilador.

Un estudio reciente dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston ha concluido que la verdadera carga de mortalidad infantil por el virus es sustancialmente más alta de lo que se creía anteriormente. La investigación, publicada en la revista The Lancet, descubrió que el virus estaba presente en el 7 al 9 por ciento de los bebés menores de 6 meses y se concentró principalmente en lactantes menores de 3 meses.

“La concentración de muertes en bebés menores de 3 meses es importante por dos razones principales”, dice el investigador principal del estudio, el Dr. Christopher Gill. “Primero, es un recordatorio de que estos bebés muy pequeños con vías respiratorias muy pequeñas tienen un riesgo particular de contraer infecciones por este virus desde el punto de vista anatómico. Segundo, las dos nuevas herramientas propuestas para prevenir las infecciones (vacunas maternas y anticuerpos monoclonales infantiles) son efectivas inmediatamente después del nacimiento pero su acción disminuye después”.

El estudio se llevó a cabo durante tres años en Zambia. Los investigadores analizaron las muertes de 2286, lo que representa casi el 80 por ciento de las muertes infantiles agosto de 2017 hasta agosto de 2020. El virus se detectó en al menos el 7 por ciento de los bebés fallecidos, y más cerca del 9 por ciento de los bebés fallecidos durante los períodos de tiempo con datos ininterrumpidos.