Una de las preocupaciones de las personas que sufren de hipertensión a la hora de hacer ejercicio es si puede producirles una subida de tensión con las consecuencias que esto acarrea. Porque, aunque la actividad física sea necesaria para mantenerse en forma y prevenir enfermedades, los picos de tensión que se producen, si son demasiado prolongados, deben ser motivo de preocupación.

De hecho, existe un trastorno específico al respecto: cuando la presión arterial aumenta significativamente durante el ejercicio y se mantiene alta durante varias horas después, podría producirse “hipertensión inducida por el ejercicio” que aumenta el riesgo de hipertensión y otros problemas relacionados con el corazón en el futuro.

Cómo se da esa hipertensión

El ejercicio aumenta el esfuerzo del corazón y el sistema cardiovascular. Los músculos necesitan oxígeno para realizar su actividad. Para lograrlo, el corazón tiene que bombear sangre oxigenada más fuerte y más rápido, moviéndola a través de las arterias y venas con más rapidez y fuerza. Esto aumenta la presión arterial.

En personas sanas que realizan ejercicio de intensidad baja a moderada, la presión arterial aumenta gradualmente en una curva ascendente a medida que se incrementa la intensidad del ejercicio. Luego disminuye también gradualmente según disminuye su intensidad.

Cuando se produce una hipertensión por ejercicio, la curva se convierte en una curva ascendente exagerada o en un pico. Según esta revisión llevada a cabo en Estados Unidos, cuando la presión arterial se estabiliza nuevamente después de hacer ejercicio, a menudo es más baja que antes y el efecto puede durar horas. Pero con la hipertensión por ejercicio, la tensión permanece alta.

Los expertos recomiendan esperar al menos 30 minutos después de hacer ejercicio para tomar la tensión y luego volver a hacerlo un par de horas después para comprobar que la tensión arterial vuelve a su nivel normal.

Un hombre hace estiramientos después de hacer ejercicio / Unsplash
Un hombre hace estiramientos después de hacer ejercicio / Unsplash

Emergencia hipertensiva

En términos generales, cuanto mejor sea la condición física de una persona, más rápidamente volverá a normalidad su presión arterial. Pero si esto no sucede, se puede producir lo que se conoce como una emergencia hipertensiva. En estos casos, se pueden experimentar síntomas como dolor de pecho, dificultad para respirar y hablar, dolor de espalda, cambios en la visión o entumecimiento o debilidad en alguna parte del cuerpo. Cuando esto sucede hay que acudir a un médico inmediatamente.

Para prevenir que sucedan estos episodios, sobre todo en personas con algún antecedente de salud, se recomienda tomar la tensión antes y después de hacer ejercicio durante un tiempo hasta asegurarse del efecto de la actividad física en el organismo.