La menopausia hace referencia a una etapa de la vida de la mujer durante la que comienza a dejar de tener el periodo hasta perderlo del todo. Suele tener lugar en torno a los 51 años de media y puede durar alrededor de siete años, aunque en ocasiones puede prolongarse.  

Aparte de la ausencia de la menstruación, la menopausia implica una importante cantidad de efectos en el cuerpo de la mujer. Algunos de ellos pueden ser resultar incómodos mientras que otros suelen pasar desapercibidos.

Esas molestias no tienen que por qué ser aceptadas con normalidad y se debe intentar poner soluciones en la medida de lo posible. A continuación vamos a ver algunas de ellas.

Sofocos

Muy típicos en la menopausia, aparecen debido a los cambios hormonales que sufren las mujeres en esa etapa de su vida. Suelen ser molestos ya que implican una sensación de calor repentino que se extiende por el cuerpo y afecta principalmente a la parte superior del cuerpo y la cara. Pueden durar unos segundos o varios minutos y son habituales por la noche, algo que hace que redunde en perjuicio del sueño.

Las mujeres que los padecen de manera muy severa pueden recibir, por prescripción médica, una terapia hormonal en dosis muy bajas. También se recetan en ocasiones antidepresivos con el fin de reducir o hacer desaparecer los molestos sofocos.

Insomnio

Es frecuente que los sofocos, los cambios de humor y la ansiedad terminen afectando al sueño y aparezca el insomnio. El hecho de que la progesterona también se presente en dosis más bajas conduce igualmente al insomnio. Si el médico lo considera oportuno, puede recetar medicación contra el problema para dormir. Si no, debe procurarse no dormir durante el día y llevar una dieta y unos hábitos lo más saludables posible, con especial incidencia en no tomar excitantes.

Mujer insomneCambios de humor

Los cambios hormonales también pueden afectar al estado de ánimo y es común durante esta etapa sentir fatiga, irritabilidad o tristeza. En estos casos, tener una buena higiene del sueño es fundamental, así como realizar ejercicio casi a diario, llevar una vida social activa y que la dieta sea lo más equilibrada posible.  

Incontinencia

La pérdida de estrógenos hace que se debilite la uretra, lo que lleva a que puedan darse pérdidas involuntarias de orina al hacer algún esfuerzo como toser, estornudar o reír. Para paliar en la medida de lo posible este contratiempo, lo mejor es llevar a cabo la práctica de los ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico.  

Sexo con dolor

La dispareunia es también propia de la menopausia. Se trata del dolor que sufre la mujer cuando tiene relaciones sexuales con penetración. Como descienden los estrógenos la lubricación puede descender y las paredes de la vagina se estrechan. De ahí que la relaciones sean dolorosas, incluso tiempo después de haberlas mantenido.

En este caso, la utilización del lubricante vaginal puede ser de ayuda. Si el problema es más severo, pueden llevarse a cabo operaciones por láser, que mejoran la situación.