El asma es una enfermedad que, cuando se activa, provoca dificultad para respirar, como si faltara el aliento. Las personas que padecen asma pueden presentar tos (sobre todo de noche y por la mañana), sibilancias (se oyen silbidos mientras respiran) y opresión en el pecho (pueden sentir una sensación similar a tener a alguien sentado en el pecho). Además, a veces, tienen más secreciones mucosas de lo normal en los pulmones. Todos estos síntomas se dan a causa de la hinchazón y el estrechamiento de las vías aéreas que acompañan a la enfermedad.
La forma alérgica es más frecuente, y sus síntomas son desencadenados por la inhalación de alérgenos. Un alérgeno es una sustancia, en principio, inofensiva, pero que provoca una reacción desmesurada en el sistema inmunológico del cuerpo de quien es alérgico. Los alérgenos más comunes son los ácaros del polvo, la caspa de los animales, el polen y el moho.

Ácaros del polvo, caspa de los animales, polen y moho: los alérgenos más frecuentes
Cuatro preguntas sobre el asma
- 1. ¿Qué provoca el asma si no se sufren alergias? Las personas que no tienen alergias pero que sí padecen asma pueden apreciar sus señales al hacer ejercicio físico de manera abrupta o no adaptada, cuando se infectan con virus o bacterias, por el aire frío o al activarse el reflujo gastroesofágico (cuando la válvula del estómago no cierra bien).
- 2. ¿Conoces a alguien con asma? Si la respuesta a esta pregunta es no… debes saber que, si el asma está bien controlada, los signos de la enfermedad que se citaban antes apenas se aprecian. Así que podría llegar a pasar que no supiera que alguien de su entorno tiene asma. Una persona con asma puede llevar una vida normal, siempre y cuando su tratamiento sea el adecuado.
- 3. ¿Qué tipos de tratamiento necesita una persona con asma? El tratamiento dependerá del tipo de asma y de la intensidad o gravedad de la enfermedad. En cualquier caso, el tratamiento de base es medicinal.
- 4. ¿Las personas con asma pueden hacer deporte? No es que puedan hacer, ¡sino que deben! Años atrás se desaconsejaba a los enfermos con patologías respiratorias la práctica de ejercicio, pero se ha demostrado que la actividad física ayuda a controlar la afección. De todos modos, será interesante tomar algunas precauciones como: usar el peak-flow (herramienta para ver si hay mucha o poca obstrucción bronquial) para ajustar la medicación y evitar la posible aparición de síntomas; calentar antes de hacer ejercicio y acabar la actividad tomándose un tiempo para recuperarse; controlar la respiración aspirando y expirando por la nariz o con los labios pinzados; respirar moviendo la barriga e intentando no levantar demasiado los hombros…