El melanoma es un tipo de tumor cuyo origen está en unas células llamadas melanocitos, las responsables de la creación de la melanina, gracias a la que tenemos color en nuestra piel y que nos protege de los rayos ultravioleta. Normalmente su desarrollo se debe a una exposición continuada al sol, aunque se siguen investigando los factores genéticos que podrían favorecer su desarrollo.

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España se diagnostican al año unos 6.179 casos nuevos al año de melanoma de piel. Es uno de los tumores que más está aumentando en incidencia en Occidente, debido probablemente a los hábitos de exposición solar y quizá también a una mayor concienciación de la población que consulta más a sus dermatólogos ante aparición de lesiones en la piel.

Existen diferentes tratamientos en función del tipo de melanoma y la fase en la que se encuentra, desde la cirugía hasta la inmunoterapia. Precisamente esta última está ofreciendo buenos resultados en determinados pacientes. Uno de los tratamientos más punteros es el “Bloqueo de Puntos de Control Inmunológico”, que ha revolucionado el tratamiento del melanoma y el cáncer en general. Esta terapia se basa en medicamentos inhibidores que bloquean proteínas llamadas puntos de control que son producidas por ciertas células del sistema inmunológico, por ejemplo, las células T, y también por algunas células cancerígenas.

Los puntos de control ayudan a evitar que las respuestas inmunitarias sean demasiado fuertes, pero a veces esto significa evitar que las células T destruyan las células cancerígenas. Por lo tanto, cuando los puntos de control están bloqueados, las células T pueden desempeñar mejor su labor frente al cáncer.

Melanoma

Un equipo de expertos de la Universidad de Oregon ha llevado a cabo una interesante investigación sobre cómo la alimentación puede influir en el microbioma y a su vez en la terapia de bloqueo de los puntos de control.

“El Bloqueo de Puntos de Control Inmunológico  ha cambiado las reglas del juego en la terapia del cáncer, y la influencia del microbioma intestinal en la respuesta terapéutica se ha demostrado en numerosos estudios”, aseguran los expertos que han desarrollado el trabajo. “El microbioma de una persona está formado por una amplia gama de factores ambientales, incluidos los alimentos y los medicamentos, mientras que la genética humana representa una proporción mucho menor de la variación del microbioma de una persona a otra”.

El microbioma intestinal humano es una comunidad de más de 10 billones de células microbianas de aproximadamente 1000 especies bacterianas diferentes. Los expertos del estudio observaron a cientos de pacientes con melanoma, analizando sus microbiomas intestinales, hábitos dietéticos, uso de probióticos, características de la enfermedad y resultados del tratamiento. La mayoría de los pacientes estaban siendo tratados a través de la terapia de Bloqueo de Puntos de Control Inmunológico. Tal y como pudieron demostrar, una mayor ingesta de fibra dietética se asoció con la no progresión de la enfermedad entre los pacientes; los beneficios más pronunciados se encontraron en pacientes con una fuerte ingesta de fibra dietética y sin uso de probióticos.