La celulitis es un mal que persigue a las mujeres desde que empiezan a desarrollarse, y que se convierte en su obsesión cada vez que llega el calor y toca enseñar las piernas. Pero tranquilas, tiene solución.

Celulitis o piel de naranja es una alteración que aparece en forma de hendiduras en la piel. Podemos encontrarlas con más predominio en glúteos y muslos y, menos frecuentemente, en la parte interna de las rodillas.

No es simplemente un exceso de grasa

Pero no, no es simplemente un exceso de grasa, y no tiene una relación directa con el sobrepeso. Lo que realmente se esconde tras este problema es el estado en que se encuentra la grasa situada debajo de nuestra piel, siendo más difícil  revertir el proceso conforme va evolucionando. En la gran mayoría de ocasiones, tras una complicación en la estética, hay una repercusión en el estado de salud. La celulitis o piel de naranja, suele ser un ejemplo común, ya que tras ella se esconden diferentes factores que lo han ocasionado y a los que debemos atender, no sólo por cuestiones de imagen personal.

Celulitis
Celulitis

Celulitis: cómo combatirla

La celulitis puede presentar varios estados de gravedad. El primero de ellos puede que no se detecte a simple vista, por lo que para saber si estamos en esta primera fase, deberemos contraer la musculatura de la zona o pellizcarla suavemente para comprobar si salen esas hendiduras en la piel.

Los siguientes grados, sí que se pueden notar a simple vista, llegando incluso a doler. Tras realizar esta prueba, es recomendable empezar a atajar el problema, ya que aunque no entrañe riesgo para la salud, podemos contraatacar esta alteración a tiempo y solventar sus consecuencias.

Dada su complejidad y diversas causas de aparición, no basta un solo método para hacerle frente.

  • Consulta a tu médico: Tal y como se ha comentado, el entorno hormonal de cada individuo influye mucho en esta problemática. Una cita con el endocrino te ayudará a conocer si existe algún desajuste hormonal, además, realizarte una analítica puede aportar mucha información para saber en qué aspecto enfatizar más.
  • Revisa tu alimentación: Como no podía ser de otra manera, la composición de nuestra dieta, influirá de manera notoria. A parte de llevar una alimentación equilibrada como base, deberá ser rica en los conocidos como omega-3, incrementando la ingesta de pescado azul sobretodo (a poder ser comprado en comercios locales).

Además, será positivo a su vez, añadir varios tipos de semillas como el lino dorado, chía cuando comamos ensaladas o cremas de verduras. Evitar alimentos procesados (envasados, precocinados) será fundamental, ya que la gran mayoría están enriquecidos con aceite de girasol y esto aumentará el estado inflamatorio de nuestro organismo.

Por otro lado, otros alimentos como frutos secos, naranja y tomate serán de ayuda. Otra solución es beber mucha agua o infusiones para evitar la retención de líquidos.