A menudo los niños nos preguntan qué hay para merendar. A continuación os damos unas pequeñas recomendaciones para preparar una merienda saludable. Tradicionalmente asociamos la merienda con una comida dulce con la bollería como protagonista, pero a menudo estos alimentos contienen una serie de ingredientes nada saludables, como el azúcar refinado o grasas saturadas…

Si queremos practicar una alimentación saludable hay que evitar la bollería y los zumos convencionales. La alimentación saludable se practica en todas las comidas. A continuación, os dejamos una referencias que os pueden ayudar a la hora de adaptaros a las necesidades infantiles.

Si queremos practicar una alimentación saludable hay que evitar la bollería y los zumos convencionales

Los alimentos: Es más saludable tomar alimentos de absorción lenta como pan o fruta. La bollería industrial contiene azúcar rápido, que puede afectar directamente al estado de ánimo: el niño puede experimentar euforia y al cabo de una rato, en cambio, estar de muy mal humor.

Merienda
Un niño comiendo sandía
  1. La calidad: Siempre que sea posible tendremos pan ecológico con masa madre y fruta ecológica de temporada y proximidad. La calidad de estos alimentos es garantía de nutrientes, pero también de alimentos más gustosos y, por lo tanto, más fáciles de aceptar.
  2. La hora: Cogeremos como referencia el momento después de la siesta. Hay niños que duermen más que otros; hay que respetar el ritmo.
  3. La cantidad: Por lo que respecta a la cantidad, hay que tener en cuenta que la merienda actúa como puente entre la comida y la cena; si ofrecemos mucha comida, a la hora de cenar no tendrán hambre. Así pues, valoraremos la cantidad que ofrecemos en función del tiempo que quede hasta la hora de cenar.
  4. El momento: Desde pequeños, y siempre que sea posible, buscaremos el espacio y el entorno adecuados para disfrutar del momento de alimentarnos; así es como reconocemos su importancia. Podemos dar un bocadillo mientras volvemos a casa, pero si aprovechamos la ocasión para sentarnos en un banco, estaremos mucho más tranquilos y podremos compartir el momento. Además, no es muy recomendable dar la merienda en movimiento, ya que hace trabajar demasiado al cuerpo.

Una vez conocidos los conceptos, valoramos todas las opciones que tenemos al alcance:

  • Incluiremos: compotas de fruta, fruta fresca con palitos de pan, bocadillos pequeños (de queso, mermelada, compota, tahina, patés de verduras), galletas de arroz, ocasionalmente yogures, magdalenas, galletas y pastelillos caseros. Para beber: agua, zumos de fruta y leches vegetales.
  • Evitaremos: el jamón York (si queremos dar cerdo, más vale introducirlo a partir de los cuatro años), el pan y la bollería industrial, los yogures azucarados o con frutas (es mejor comer yogur natural y sin fruta; así podremos conocer su sabor y textura).