Seguro que habrás leído sobre el hambre real y el hambre emocional. Pues bien, aunque parezca lo mismo no lo es tanto y el abusar de una de ellas sí que puede causarnos serios problemas a la larga. Por eso, no está de más detectarla cuanto antes y una vez que sepamos de qué hablamos realmente, pondremos manos a la obra para acabar con ella.

Queremos mantener una dieta equilibrada y para ello comer alimentos variados pero también respetando una cantidad de los mismos. Esto sería el paso más correcto pero cuando lo emocional se interpone en nuestro camino, eso de correcto se queda a un lado. Así que, hoy vamos a plantarnos y dejarla atrás. ¿Estás preparado o preparada para ello?

Beber agua es fundamental en el día a día

¿Qué es el hambre real o fisiológica del hambre emocional?

Quizás ya lo tengas más que claro y es que el hambre real es el que llega del estómago. Es él quien nos indica que está vacío y que debe ser llenado. Sin duda, lo notaremos como esa especie de hueco en el estómago o bajón, como solemos denominarlo. No es algo que aparezca de repente sino que poco a poco iremos notando esa sensación y sabemos que debemos ingerir comida, sino irá a más. Mientras que su oponente, el hambre real será todo lo contrario. Porque en este caso aparece siempre de repente y será ocasionado por un sentimiento de gula, podríamos decir. Porque nos llamará la atención una comida solo por su color, olor o la sensación de disfrutarla como antojo pero no porque realmente tengamos hambre como tal. Eso de que nos decían nuestras madres de ‘comer con la vista’ está reflejado ahora con el hambre fisiológica. Hay que decir que el emocional solo quiere algo concreto, mientras que el hambre real le valdrá cualquier tipo de alimento para matar ese gusanillo.

Hambre Emocional
Hambre Emocional

Bebe mucha agua

Una manera de matar el hambre emocional es la de beber mucha agua. Es también una forma para engañar al estómago, lo sabemos. Pero por otro lado hay que decir que también es muy necesario el mantenernos bien hidratados cada día, por nuestro cuerpo y por nuestra piel. Así que viendo que es bueno por muchos factores, por este no se iba a quedar atrás. Así que, ya sabes, ten siempre un botellín de agua cerca, aunque no estés en casa. Cuando aparezca el hambre emocional, bebe agua.

Cuando aparezca el hambre emocional, espera unos minutos

Tal y como hemos dicho, al no ser hambre real, cuando nos aparezca podremos esperar unos minutos. Pero eso sí, durante ese tiempo es mejor que mantengas la cabeza ocupada en otra actividad, porque sino estará pensando en el mismo manjar. Con el hambre real, la espera solo provoca más hambre pero con la emocional sí que podemos llegar a disuadirla. Así que, conviene tenerlo en cuenta y respirar así como esperar unos minutos hasta que notes que la sensación va pasando, porque pasará.

No tengas productos azucarados a la vista

Porque será a ellos a los que atacaremos primero. Por eso, siempre es mejor apostar por las frutas. Ellas también pueden calmar nuestra sensación de hambre y al mismo tiempo aportarnos el toque dulce. Por ejemplo, los plátanos o las uvas negras pueden ser algunas de las mejores ideas para tomar como picoteo. Porque si dejamos el dulce a la vista, caeremos en la tentación seguro.