Sant Jordi es el patrón de Catalunya de manera oficial desde el año 1456, cuando las Cortes Catalanas, reunidas en Barcelona, decretaron que el 23 de abril, fecha en que supuestamente murió el santo el año 303, fuera fiesta "en cualquier ciudad, villa o lugar del Principado de Catalunya". De hecho, la fiesta ya se celebraba en toda Catalunya desde principios de los siglos XV, así como en el resto de territorios de la Corona de Aragón, pero el patronazgo lo resignificó y, con el paso de los siglos, la festividad del 23 de abril ha tomado un cariz de fiesta al mismo tiempo religiosa, cultural, cívica y patriótica, con el intercambio de rosas y libros como principales exponentes.

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En este contexto, no es de extrañar que el edificio que representa el poder político catalán, el Palau de la Generalitat de la plaza de Sant Jaume de Barcelona, sea un espacio donde este santo tiene una significación muy especial. De hecho, en el mismo Palau hay una cincuentena de representaciones del santo, además de la capilla de Sant Jordi, una obra primordial del gótico flamígero en Catalunya. San Jorge, a caballo o sin, pero siempre matando el dragón, es omnipresente en el Palau de la Generalitat, con esculturas en varios puntos como la galería gótica, la misma capilla, el Saló de Sant Jordi y el Pati dels Tarongers. Ahora bien, dos de los san Jorges más emblemáticos son los situados en las fachadas, porque además de su importancia artística, están a la vista de todo el mundo y no hay que entrar en el Palau para disfrutarlos.

El sant Jorge de Sant Jaume, obra de la Renaixença

La fachada principal del Palau de la Generalitat es una obra renacentista edificada entre 1597 y 1619, obra de Pere Blai, pero la estatua ecuestre de sant Jorge que la preside es muy posterior. En origen, la fachada no incluía ninguna estatua ni tampoco la balconada, pero una vez abierta la plaza de Sant Jaume entre 1820 y 1823, que supuso el derribo de la iglesia del mismo nombre, la fachada del Palau de la Generalitat ganó presencia, ya que ahora se abría a una plaza y no a una calle como hasta aquel momento. En aquel marco, se incluyó la balconada y una hornacina, que quedó vacía durante más de cuarenta años.

Estatua Sant Jordi en la plaza Sant Jaume / Foto: Irene Vilà Capafons
La fachada principal del Palau de la Generalitat en la plaza de Sant Jaume de Barcelona está presidida por una estatua ecuestre de san Jorge / Foto: Irene Vilà Capafons
Estatua Sant Jordi en la plaza Sant Jaume / Foto: Irene Vilà Capafons
El sat Jorge de la plaza de Sant Jaume es una obra de Andreu Aleu acabada en 1872 y encarna el espíritu patriótico de la Renaixença / Foto: Irene Vilà Capafons

En 1856, la Diputación de Barcelona, que tenía la sede en el Palau de la Generalitat, convocó un concurso para dotar a la fachada de una escultura de san Jorge. El ganador fue el escultor tarraconense Andreu Aleu y la obra, hecha con mármol de Carrara, se ejecutó entre 1864 y 1872. Además, tiene la particularidad de ser una estatua que encarna los valores patrióticos de la Renaixença en una fachada renacentista. De inspiración romántica, la estatua refleja el momento del combate entre san Jorge y el dragón, con el caballero, espada en alto, presto a dar muerte al símbolo del mal, que todavía se resiste a una acometida que será mortal.

El san Jorge de la calle del Bisbe, obra gótica

En la calle del Bisbe, situado en el lateral mar del Palau de la Generalitat hay otra representación del patrón de Catalunya que, a pesar de no ser tan visible, de hecho tiene más valor por su antigüedad y carácter. Hay que recordar que aunque la fachada de la plaza Sant Jaume se perciba como la principal del Palau, la fachada monumental más histórica es la que da en la calle del Bisbe, ya que se construyó a principios del siglo XV de la mano de Marc Safont en la configuración original del recinto y que se ha convertido una buena muestra del gótico civil catalán.

Estatua Sant Jordi en la calle Bisbe / Foto: Irene Vilà Capafons
En la fachada gótica del Palau de la Generalitat de la calle del Bisbe hay otro san Jorge, que puede pasar más desapercibido / Foto: Irene Vilà Capafons
Estatua Sant Jordi en la calle Bisbe / Foto: Irene Vilà Capafons
El medallón de sant Jorge es obra del escultor Pere Joan, y fue terminada el año 1419. Por la peculiar forma del casco del caballero, se lo conoce como el 'sant Jordi astronauta' / Foto: Irene Vilà Capafons

Con respecto al san Jorge, corona esta fachada un impresionante medallón con la imagen del santo a caballo matando el dragón, en este caso, justo en el momento en que atraviesa a la bestia con una lanza hoy desaparecida, y con la princesa situada justo al lado, pero en forma de gárgola. Es obra del escultor Pere Joan, realizada entre 1418 y 1419 y, según la tradición, fue un encargo que satisfizo tanto a las autoridades de la Generalitat, que le acabaron pagando el doble del precio convenido. Este san Jorge, además, lleva un yelmo muy particular, que le rodea toda la cabeza, de manera que se ha ganado el apelativo popular de 'sant Jordi astronauta'.