El nombre de Pere Falqués i Urpí (Sant Andreu de Palomar, 1849 - Barcelona, 1916) no es de los más reconocidos cuando se habla de la Barcelona modernista, y todavía menos al lado de nombres como los de Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch, aunque tuvo un papel destacado en la configuración de la ciudad de principios del siglo XX, ya que aparte de ser autor de obras muy conocidas, la más célebre de las cuales son los bancos-farolas modernistas del paseo de Gràcia, ejerció como arquitecto municipal de la capital de Catalunya entre 1889 y 1916, después de haber ostentado el mismo cargo en los municipios de Sant Andreu de Palomar (1874-1882) y de Sant Martí de Provençals (1875-1887), además del de arquitecto consultor de Badalona (1878-1890).

Este desconocimiento se puede paliar ahora gracias al libro Pere Falqués, l'arquitecte municipal de la Barcelona modernista (Àmbit-Ajuntament de Barcelona, 2024), donde el autor, el doctor en Geografía e Historia Joan Molet Petit, repasa una vida "consagrada a la arquitectura", que se desarrolló en un "momento complejo de superación de los historicismos a través del eclecticismo y el modernismo", llegando, a través de sus obras, "a desarrollar un lenguaje propio, mucho más ligado al primero que al segundo", aunque entre sus obras más reconocidas las haya de marcadamente modernistas, como las mencionadas farolas del paseo de Gràcia.

En todo caso, en virtud de su cargo, Falqués fue el responsable municipal de lo que hemos acabado conociendo como la Barcelona modernista, es decir, aquel periodo en que se construyeron las grandes obras de este estilo, pero, así y todo, el libro de Molet busca ir más allá de esta simple etiqueta para sumergirse en la trayectoria de Falqués, empezando por el desarrollo de su tarea en Sant Andreu, Sant Martí y Badalona, para después detallar sus intervenciones más importantes en Barcelona, donde no faltan proyectos que al final no se convirtieron en realidad, como varios diseños para la urbanización de la plaza de Catalunya.

Constructor de mercados, farolas y monumentos

Un breve repaso por la obra de Falqués incluye la construcción de edificios municipales, entre los cuales destacan los mercados. Obra suya son los mercados del Clot y de la plaza de la Unió del Poblenou -que son, de hecho, mercados mellizos, adaptados cada uno en sus respectivos emplazamientos-, así como el mercado Maignon de Badalona, y los de Sants y Galvany. También se ocupó de edificios administrativos, como las actuales sedes de los distritos de Sant Martí -la antigua alcaldía-, y del Eixample. Con respecto a las farolas, además de las del paseo de Gràcia, es autor de los que hay en el paseo de Sant Joan y los que se instalaron inicialmente en el Cinc d'Oros y que modernamente fueron recuperados en la avenida Gaudí.

Detalle de las farolas de Falqués en el paseo de Gràcia con un clásico motivo ornamental modernista, el 'coup de fouet', que expresa la vitalidad del crecimiento de la vegetación / Foto: Carlos Baglietto

La Casa de la Lactància, en la Gran via de les Corts Catalanes, es otra de las obres de Pere Falqués i Urpí que se pueden encontrar en el centro de Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
Fachada de la Central Catalana de l'Electricitat, en la avenida Vilanova, entre la estación del Nord y el Arc del Triomf / Foto: Carlos Baglietto
En el distrito de Sant Martí hay diversas obras de Falqués, que fue su arquitecto municipal antes de la agregación a Barcelona, como la Torre d'Aigües del Besòs / Foto: Carlos Baglietto

Más obras de Falqués fácilmente identificables son las que forman parte del legado industrial, como la Torre d'Aigues del Besòs y la Central Catalana de la Electricitat, en la avenida Vilanova, así como el monumento a Rius i Taulet, en el paseo de Sant Joan y la Casa de la Lactància, en la Gran Via. También son suyos los proyectos de restauración del antiguo Arsenal de la Ciutadella para adaptarlo, primero como Palacio Real y después como Museo, aunque finalmente ha acabado siendo la sede del Parlament de Catalunya. Además, entre sus obras desaparecidas hay algunas que formaron parte de la Exposición Universal de 1888, como el Palau de les Ciències y el Pavelló de l'Agricultura y suya fue la idea de aprovechar la abertura de la Via Laietana para hacer pasar túneles de Metro. Además, proyectó la Torre Condal, que tenía que rivalizar con la Torre Eiffel de París.

Retrato de Pere Falqués i Urpí / Foto: Adolf Mas i Ginestà

Portada del libro 'Pere Falqués, l'arquitecte municipal de la Barcelona modernista,' de Joan Molet Petit / Foto: AjBCN

Todo ellos implica un legado de primer orden que para el autor de Pere Falqués, l'arquitecte municipal de la Barcelona modernista supone otorgarle el título de "el arquitecto que modernizó Barcelona", aunque no estuvo exento de polémicas, entre las cuales el hundimiento de la cúpula de la iglesia de Sant Andreu de Palomar, también obra de Falqués, que causó siete muertos y once heridos el 9 de agosto de 1882, hasta el supuesto tráfico de influencias para acceder a sus cargos municipales. En todo caso, unas sombras que no se rehúyen en el libro de Molet, aunque se prioricen las luces de la obra de Falqués.