La huelga indefinida de los socorristas de las playas de Barcelona ha vivido este lunes un nuevo episodio con una concentración delante la sede del PSC para desmentir las palabras de la primera teniente de alcaldía de Urbanismo, Laia Bonet, que había asegurado que había "conversas constantes" con el colectivo, y para reclamar "soluciones". Los trabajadores lo niegan rotundamente y denuncian que no han recibido ninguna propuesta formal ni ninguna convocatoria de reunión desde que empezó la protesta el 1 de agosto. Además, aseguran que este fin de semana se han producido dos accidentes graves que, afirman, se habrían podido evitar con un servicio completo. Los socorristas reiteran que continuarán con la huelga hasta que se abra una vía de negociación real para abordar sus reivindicaciones: "Nosotros ponemos el cuerpo. Son ellos, los políticos, quienes tienen la responsabilidad de poner soluciones", ha expresado Ignacio García, secretario general de la sección sindical de la CGT.

Una treintena de socorristas de las playas de Barcelona se han concentrado este lunes por la mañana delante la sede del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) para desmentir las declaraciones de Laia Bonet quien el viernes afirmó que había "conversas constantes" con el colectivo. "Seguimos sin recibir ninguna noticia. No ha habido ninguna reunión, ni por parte del Ayuntamiento, ni de la empresa concesionaria, FCC," ha afirmado Ignacio García. Durante el acto, los trabajadores han vuelto a denunciar la falta de recursos y la distribución, que consideran inadecuada, del servicio mínimo, y han insistido en que algunas playas tendrían que cerrarse parcialmente para garantizar una vigilancia efectiva en las zonas abiertas. Además, han explicado que este fin de semana se han producido dos accidentes graves en las playas que, aunque las víctimas se encuentran fuera de peligro, consideran que los hechos ponen en evidencia la necesidad de un servicio completo y bien dimensionado. "Es un tema de seguridad para la ciudadanía. No podemos garantizarla si no nos dan más personal y mejores condiciones", ha remarcado García.

Los socorristas de Barcelona, que forman parte de una subcontrata de la empresa FCC, han estado en huelga indefinida desde el pasado viernes, 1 de agosto. Durante este fin de semana, el Ayuntamiento de Barcelona ha señalado que se habrían cumplido los servicios mínimos del 50%, mientras que el sindicato CGT ha denunciado que un problema en los llamamientos a los trabajadores para los servicios mínimos habría provocado que dos plazas se quedaran sin cubrir. Las reivindicaciones de los socorristas se centran en alcanzar la temporada de trabajo, contratar más personal para hacer frente al incremento de público en las playas los últimos años y mejorar las instalaciones de vigilancia, que consideran que no son "dignas" para prestar un servicio adecuado al volumen de personas que hay en las playas.

Las reclamaciones de los socorristas

Reclaman que la temporada baja, en la que hay algunos socorristas en las playas, empiece el 15 de marzo y acabe el 15 de noviembre, en línea con la abertura de los chiringuitos, cosa que significaría dar ocho meses de trabajo a parte de la plantilla y reduciría su temporalidad. Con respecto a la temporada alta, que actualmente va del 15 de junio al 15 de septiembre, reclaman que se alargue desde el 1 de mayo hasta el 30 de septiembre. Estiman, además, que para cumplir su servicio en un contexto de más asistencia de ciudadanos en las playas, y con un calendario más amplio, habría que ampliar la plantilla en unas diez personas, cuando actualmente hay casi una cincuentena de personas trabajando durante los meses de verano. La semana pasada, representantes de los trabajadores se reunieron dos veces con la empresa, mientras que al anterior hubo un encuentro a tres bandas en que también participó el Ayuntamiento. En ninguna de aquellas reuniones, sostiene al portavoz de CGT, hubo avances hacia una solución. De momento, la huelga continúa sin fecha de finalización, y el colectivo mantiene la puerta abierta al diálogo, aunque afirman que siguen luchando porque se trata de un "tema de seguridad para la ciudadanía que viene a las playas de Barcelona".