La Casa de Correos y Telégrafos, situada en la parte inferior de la Via Laietana, es la sede central del servicio oficial de Correos en Barcelona y ocupa dos edificios, unidos por un singular puente en la calle de Àngel Baixeras. El edificio principal ocupa toda una isla de casas que da a la plaza de Correus -anteriormente, la mitad de la plaza de Antoni López- y fue construido entre 1926 y 1927 por los arquitectos Josep Goday i Casals y Jaume Torres i Grau en estilo clasicista y en el marco de la construcción de la Via Laietana. El edificio, que está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) hace años que está infrautilizado y es por eso que ya hay sobre la mesa proyectos de reforma.

Ahora bien, esta semana se ha tenido conocimiento de un proyecto de rehabilitación que ha causado bastante inquietud en las redes sociales, especialmente por la publicación de un render que propone una radical deconstrucción del monumental vestíbulo. La imagen y el proyecto, adelantados por 'La Vanguardia' el martes pasado, proponen dotar de nuevos contenidos el edificio, para convertirlo en un nuevo centro de actividad económica. Según el citado medio, Correos, el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca como socio financiero, ya han firmado un convenio que prevé una inversión de 53 millones y un calendario que incluye iniciar las obras en verano y poner en marcha el nuevo complejo, que se llamaría New Post Barcelona, a partir del 2025.

Más allá del proyecto de reutilización del complejo, lo que ha llamado la atención y, de hecho, ha generado preocupación, ha sido una de las proyecciones del futuro espacio, que supone la reconversión del vestíbulo, que destaca por su monumentalidad, sus columnas y pinturas y la disposición de los diferentes departamentos, en un espacio diáfano y luminoso donde prácticamente solo se conservaría el pavimento original, aunque la misma condición de BCIL comportará, según indica 'La Vanguardia', "mantener la fachada y los elementos singulares del interior del inmueble y se apostará por un gran espacio diáfano de entrada donde la última tecnología y las pantallas tengan el protagonismo".

En todo caso, la imagen publicada ha empezado a correr por las redes sociales en un montaje comparativo del estado actual que ha generado la reacción de los usuarios de Twitter, que se han decantado mayoritariamente por la queja abierta e indignada a la transformación de este espacio histórico, aunque también ha habido aportaciones que han atenuado el valor arquitectónico y patrimonial del edificio.