La apertura de la Via Laietana, que tuvo lugar entre los años 1908 y 1913, fue la operación de reurbanización en la Barcelona histórica más grande que se haya hecho nunca, al menos desde la destrucción de parte de la Ribera para construir la Ciutadella a raíz de la derrota catalana a la Guerra de Sucesión. Abrir de cero una avenida en medio de un tejido medieval supuso el desahucio de miles de vecinos -algunas fuentes hablan de hasta 10.000-, el derribo de casi 300 edificios y pasar la apisonadora por una franja de 80 metros -los 20 de la calle propiamente dicho más el espacio para construir edificios nuevos a ambos lados-.

La operación significó también la desaparición o transformación de las calles y plazas que en aquel momento formaban un contínuum en toda la ciudad vieja entre la Rambla y el actual paseo de Lluís Companys que hoy en día queda partida en dos por la Via Laietana. Eso supuso la pérdida de mucho patrimonio histórico, aunque algunas casas fueron salvadas in situ, como la del Gremio de Veleros, que llevó a variar la alineación de las casas en un tramo, y otras fueron trasladadas piedra a piedra como la Casa Padellàs, actual sede del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA).

A pesar de la destrucción generalizada, se tuvo la prevención de documentar al máximo todo aquello que se tenía que derribar, de manera que, por suerte, se han conservado centenares de fotografías de todo aquel patrimonio desaparecido. Aquellas fotografías, en blanco y negro, han sido ahora coloreadas por obra y gracia de un usuario de Twitter, CatColor (@CatalunyaColor), especializado en colorear fotografías históricas con la ayuda de Inteligencia Artificial. Este mismo domingo por la noche, este usuario colgó un largo hilo fotográfico que rápidamente se ha hecho viral, mostrando a todo color lo que hasta ahora sólo se podía ver en blanco y negro, en la mayoría de casos a partir de imágenes de reputados fotógrafos de la época como Josep Branguli, Adolf Mas y Francesc Brunet.

Entre las decenas de calles desaparecidas se encontraban la riera de Sant Joan -la más similar al trazado actual de la Via Laietana-, del Sant Crist, de Graciamat, de les Tres Voltes y la plaza de l'Oli, entre otros. La buena noticia de la apertura fue que pudieron quedar al descubierto partes de la muralla romana que sirvieron de base a una dignificación monumental donde se mezcló la recuperación de elementos existentes con la recreación de elementos imaginados, dando forma al actual Barri Gòtic.