Los polémicos bloques de hormigón tipo New Jersey, así como los pilones que invadieron las calzadas y chaflanes de Barcelona en 2020 para poder dar más espacio a las terrazas de bares y restaurantes al inicio del desconfinamiento de la pandemia, desaparecerán de manera definitiva el próximo mes de abril, tres años después de las primeras instalaciones, que desde el primer momento llegaron acompañadas de críticas por su peligrosidad en zonas próximas a la circulación y estética dudosa. De hecho, a principios de 2021 el Ayuntamiento de Barcelona había prometido su retirada para 2022.
Según ha informado el Ayuntamiento este martes por la mañana, el mes que viene se dará por finalizada toda la operación de sustitución de terrazas provisionales en calzada por las plataformas definitivas con los nuevos modelos homologados. Es más, el gobierno municipal ha apuntado que ya se han retirado 2.325 bloques de hormigón y 5.550 pilones, y las próximas semanas se acabarán de sacar todas. De todas las terrazas provisionales instaladas durante la pandemia, 1.131 pasarán a ser definitivas, de las cuales un poco más de la mitad irán en calzada, y a lo largo de este mes ya se habrán montado el 89% de los muebles-plataforma obligatorios, donde se ubicarán las mesas y sillas definitivas.
Terrazas reguladas
Hay que recordar que a mediados de 2020, el consistorio implantó un total de 3.668 de terrazas excepcionales que, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), evitaron la pérdida de 1.875 empleos. De estas, 1.550 se situaron en espacios como cordones de aparcamiento, carriles de circulación y chaflanes que se delimitaron con elementos provisionales, como pivotes y bloques de hormigón tipo New Jersey, mientras que el resto se ubicaron en acera. Una vez superada la etapa de emergencia de la pandemia, el Ayuntamiento puso en marcha un proceso de regularización de las terrazas provisionales para dejar atrás la provisionalidad.
La prioridad ha sido que las de calzada puedan pasar a ser definitivas para dar continuidad a la actividad económica que generan, y que lo hagan instalando un mueble-plataforma accesible, homologado y seguro donde colocar las mesas y sillas para que tengan una estética de calidad y encajen bien con el paisaje urbano. La consolidación de las de acera se ha condicionado al cumplimiento de todos los requisitos de accesibilidad y espacio público establecidos por la ordenanza de terrazas. A principios del año pasado, los restauradores pudieron solicitar la permanencia de las terrazas. Los últimos meses, el consistorio ha gestionado las peticiones y hoy está muy cerca de completar el proceso de retirada de las terrazas provisionales e instalación de las plataformas.
Con respecto a la consolidación de estas terrazas, de las 1.550 hay 550 que no han podido mantenerse y 426 que se han denegado porque no se ajustaban a los requisitos de la ordenanza. Todas estas ya se han desmontado y quitado del espacio público. Las 574 restantes han recibido la autorización municipal para quedarse y, de estas, hay 79 que o bien han renunciado voluntariamente a la terraza definitiva o bien no han solicitado la plataforma obligatoria, y, por lo tanto, se desmontarán los elementos provisionales. Así pues, se ha sacado adelante la colocación de 495 plataformas obligatorias y el desmontaje de los elementos provisionales que había hasta ahora en las provisionales.
Recuperación de plazas de aparcamiento
A finales de mes se habrá llegado a los 440 muebles-plataforma instalados, que equivalen al 89% de los que se colocarán. Los 55 restantes están pendientes de que se acaben de ultimar los trámites de instalación y de la disponibilidad de la plataforma por parte del proveedor, y se acabarán de montar a lo largo de abril. Cuando acaben todas las actuaciones, se habrán recuperado unas 515 plazas de carga y descarga, 3.750 de aparcamiento de moto y 510 de coche. Con la finalización del proceso de consolidación, Barcelona pasará a tener un total de 6.375 permisos de terrazas permanentes —29.858 mesas y 114.056 sillas.