La sustitución de las terrazas provisionales en calzada instaladas durante la pandemia y rodeadas por pilones o por los criticados bloques de hormigón ha tomado un impulso en los últimos meses, un hecho que para el Gremi de Restauradors marca un "cambio de tendencia" por parte del Ayuntamiento de Barcelona, que habría pasado de un posicionamiento restrictivo a una política de facilitación de la consolidación de las nuevas terrazas, ahora con diseños homologados y accesibles para todo tipo de usuarios. En paralelo, se mantiene la tendencia del gremio de minimizar las quejas de los colectivos vecinales que ven en la proliferación de terrazas una de las claves de los problemas de ruido nocturno.
Este jueves por la mañana, el director general del Gremi de Restauració de Barcelona, Roger Pallarols, ha querido ver sobre el terreno la instalación de una nueva terraza en calzada en la calle de Blasco de Garay, en el Poble-sec, para exponer el posicionamiento de su entidad una vez ya se han instalado un centenar de plataformas y hay unas trescientas más en fabricación: "Desde febrero habíamos detectado una evolución negativa y una incorrecta aplicación de la ordenanza de terrazas, pero ahora podemos constatar que se aprecia un cambio de tendencia en positivo en el proceso de consolidación de las terrazas". Con todo, Pallarols no se ha dado del todo por satisfecho, ya que todavía está pendiente la resolución de los recursos presentados contra las denegaciones de terrazas.
Asimismo, Pallarols ha reclamado al Ayuntamiento que se amplíe el plazo para la solicitación de subvenciones para la instalación de terrazas, ya que, por una parte, no se ha agotado la partida prevista por el gobierno municipal, y por la otra considera que hay restauradores que no la pidieron por una interpretación errónea de la normativa. En todo caso, en un mensaje positivo hacia el consistorio que contrasta con el mantenido con los colectivos vecinales, Pallarols ha señalado que "el gobierno todavía puede cumplir con los compromisos adquiridos a la ordenanza de terrazas".
Ninguna interlocución con los colectivos vecinales
Con respecto al conflicto abierto con varios colectivos de vecinos, que se han manifestado repetidamente en contra de la concesión de nuevas licencias o el mantenimiento de las terrazas ampliadas por la pandemia, además de celebrar las reducciones horarias, Pallarols ha minimizado la importancia de estos movimientos. De hecho, ha afirmado que a la concentración que hubo en la calle de Enric Granados hace unas semanas había "40 personas". "El otro día se vio la realidad, mientras estas personas se quejaban, los barceloneses utilizaban las terrazas desacomplejadamente", ha asegurado. Pallarols, que ha confirmado que el Gremio de Restauradores no mantiene ningún tipo de interlocución con los colectivos vecinales, ha defendido que los horarios de Barcelona "son los más restrictivos de Catalunya". De hecho, ha acusado al consistorio de acortarlos vulnerando los acuerdos con el Gremi de Restauradors.
Todavía más, el director general del Gremi de Restauració ha querido marcar distancias entre los "graves problemas de convivencia y orden público que se producen de madrugada" y los negocios vinculados a la restauración. "Otra cosa es que un operador cometa algún incumplimiento", ha continuado Pallarols, para señalar que, en este caso, "la posición del Gremi ha sido clarísima, la gente tiene que cumplir las normas y el ayuntamiento tiene que hacer que se cumplan las normas" y ha mostrado su disconformidad ante los recortes de horarios de apertura de terrazas que han entrado en vigor los últimos días en las zonas más concurridas, como la calle Enric Granados y las plazas de Gràcia.