La Comisión Europea está estudiando la posibilidad de permitir a las empresas emergentes establecerse en Europa más rápidamente, idealmente en 48 horas, para retener nuevas compañías tecnológicas globales y tratar de que los países de la Unión Europea les resulten más atractivos frente a otros competidores como Estados Unidos.
Este es el principal objetivo de la nueva estrategia de Bruselas para simplificar las normas aplicables a las empresas emergentes y en fase de expansión y que busca reducir la fragmentación, disminuir las cargas administrativas y fomentar normas más favorables a la innovación en todo el Mercado Único.
“Actualmente, se crean más start-ups en Europa que en Estados Unidos, pero solamente el 8% de las empresas de nueva creación del mundo tienen su sede en Europa, mientras que, en los últimos 15 años, casi el 30% de los unicornios europeos se han deslocalizado fuera de la Unión Europea, por lo que el reto es mantener aquí a nuestras start-ups de éxito”, ha señalado en rueda de prensa el vicepresidente de Estrategia Industrial Stéphane Séjourné, encargado de presentar este nuevo plan junto a la comisaria europea de start-ups, Ekaterina Zaharieva.
La nueva hoja de ruta busca una UE más “innovadora y emprendedora”
La nueva hoja de ruta presentada por Bruselas incluye medidas para mejorar las condiciones de las empresas y reducir su deslocalización, aunque, si bien prevé la creación de un fondo específico para estas start-ups, todavía no compromete una partida concreta para financiar sus objetivos. El plan que ha presentado este miércoles el Ejecutivo comunitario no comprende aún ninguna propuesta legislativa, sino que establece un calendario de acciones con el objetivo de retener a estos negocios emergentes en Europa y apostar por una reducción de la burocracia y la disminución de las cargas administrativas.
Entre ellas, Bruselas prevé proponer un régimen europeo para simplificar normas en ámbitos como la insolvencia, la legislación laboral y fiscal; un Monedero Europeo para facilitar interacciones digitales con las administraciones públicas o iniciativas para mantener y atraer a los mejores talentos entre universitarios y emprendedores. Asimismo, la Comisión Europea quiere simplificar y armonizar las condiciones contractuales y de acceso a las infraestructuras tecnológicas y de investigación para las nuevas empresas y las empresas en fase de expansión.
Esto es crucial para las tecnologías que la UE considera estratégicas, como la inteligencia artificial, las tecnologías cuánticas, los semiconductores avanzados, la tecnología médica, la biotecnología, la energía, la seguridad, la defensa, el espacio, la robótica y los materiales avanzados, incluidas las aplicaciones de uso dual. En términos generales, pretende orientar la economía europea hacia un modelo más emprendedor e innovador.
Más allá de las start-ups, otra de las estrategias de Bruselas es desarrollar un Fondo Europeo para scale-ups para cubrir la brecha de financiación de las empresas tecnológicas, a la vez que desplegará un Pacto Europeo para la Inversión en Innovación que busca movilizar el capital de inversores internacionales.