En los últimos meses, un término ha ganado protagonismo en foros especializados, mesas de debate, despachos profesionales y reuniones de negocios, y cada vez más está en boca de pymes y autónomos: Verifactu. Pero ¿tenemos claro en qué consiste y qué puede aportar al tejido empresarial español? ¿Somos conscientes de que no equivale a la facturación electrónica? ¿Sabemos el reporte fiscal que implica?

Verifactu es un sistema introducido por el Reglamento que regula los Sistemas Informáticos de Facturación (RSIF), aprobado mediante Real Decreto en diciembre de 2023 y derivado de la Ley Antifraude, que obliga a enviar a Hacienda los registros de datos de facturación generados por cada factura emitida con el objetivo de mejorar el control tributario y evitar el fraude fiscal.

Existen varios antecedentes de remisión de la información de las facturas a las Administraciones en tiempo real para garantizar esta transparencia. En España, se inició en 2017 con el Suministro Inmediato de Información (SII), que afecta a las empresas que facturan más de seis millones de euros y a las que voluntariamente decidan acogerse al mismo. Posteriormente, de forma progresiva se ha ido implantando el sistema TicketBAI en las Haciendas forales de Guipúzcoa y Álava, y Batuz en Vizcaya. Verifactu recoge el espíritu de estas experiencias previas.

¿Qué es Verifactu?

El Reglamento de la Ley Antifraude introduce estándares estrictos en la emisión de facturas con el fin de garantizar su integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad. Así, desde el pasado 29 de julio, el software de facturación debe adaptarse a estos requisitos y generar unos registros digitales por cada factura emitida que pueden conservarse en el propio sistema y dejarlos a disposición de la Agencia Tributaria, o bien enviarlos voluntariamente y de forma automática a la AEAT en el mismo momento en que se emite la factura; esta última opción de envío es lo que se denomina Verifactu (si bien su uso se ha extendido y a menudo se ha empleado como sinónimo del Reglamento, cuando no lo es).

Las ventajas de optar por Verifactu

Las empresas que elijan trabajar con Verifactu ganan, ante todo, transparencia, seguridad y tranquilidad. La remisión automática de los registros de facturación a la AEAT implica un menor nivel de obligaciones y el cumplimiento por defecto de la normativa tributaria, por lo que se minimizan los requerimientos posteriores de la Administración, ahorrando tiempo y costes. Además, da acceso a ayudas y servicios fiscales adicionales.

Verifactu es una oportunidad: la de transformar la facturación en un proceso más transparente, automatizado y confiable

Otra ventaja evidente es la fiabilidad que las empresas ofrecen a sus clientes y proveedores: la modalidad Verifactu incorpora en las facturas un código QR que permite al receptor comprobar de inmediato que ese documento está en poder de Hacienda, lo que transmite confianza y se convierte en un sello de cumplimiento fiscal. Para muchas pymes y autónomos, esta imagen de seriedad y transparencia puede marcar la diferencia en la relación comercial.

Y no hay que olvidar el impacto colectivo con el impulso a una economía más transparente: la generalización de Verifactu es un paso decisivo en la lucha contra la economía sumergida. Si todas las operaciones quedan registradas con trazabilidad total, se reduce al mínimo el margen para prácticas fraudulentas y se refuerza la equidad fiscal. Y, al mismo tiempo, impulsa la digitalización de los procesos empresariales, una tendencia imparable que ayuda a ganar eficiencia, ahorrar tiempo y mejorar la competitividad.

Mirando hacia adelante

La primera fase de implantación del Reglamento de Sistemas Informáticos de Facturación se produjo el 29 de julio para los desarrolladores y comercializadores de software: desde esa fecha solo pueden comercializar soluciones de facturación adaptadas a esta normativa. Las empresas disponen hasta el 1 de enero de 2026 (personas jurídicas) o el 1 de julio del mismo año (autónomos) para adaptar sus sistemas a esta norma.

Es el momento, por tanto, de abordar esta transición, revisando los programas de facturación y valorando las ventajas de la adhesión a la modalidad Verifactu. Porque, más allá de una obligación legal, Verifactu es una oportunidad: la de transformar la facturación en un proceso más transparente, automatizado y confiable, que permita a las empresas centrarse en lo que realmente importa, su negocio. En un escenario en el que la digitalización subyace en todos los procesos, Verifactu no solo facilita las gestiones, sino que proyecta hacia clientes y proveedores un compromiso de transparencia y buena gestión, lo que puede permitir a pymes y autónomos diferenciarse de sus competidores, ganando en credibilidad.

Èlia Urgell es Tax & Invoicing Product Manager en Wolters Kluwer Tax & Accounting España