¿Quiénes deben beneficiarse de las ayudas agrarias europeas?

- Tomás García Azcárate
- Madrid. Miércoles, 10 de septiembre de 2025. 05:30
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El número de solicitudes de ayudas agrarias europeas ha disminuido en casi 330.000 entre 2013 y 2025, siendo este último año de “solo” 582.085. Comparando con el año anterior, el descenso en el número de solicitantes es de 16.066, un 2,69%. Mientras tanto, la superficie para la cual se han solicitado las ayudas sigue siendo en buena medida similar, algo más de 22 millones de hectáreas. No se observa, con esta estadística al menos, abandono significativo de tierras.
Por un lado, esta evolución refleja los cambios en la estructura de las explotaciones agrarias de nuestro país. Ignacio Atance, en su blog “la agricultura: un sector estratégico” ha intentado responder a la pregunta de ¿Cuántos agricultores hay en España?. Dependiendo de la definición de “agricultor” que adoptemos, la respuesta es muy distinta: 915.000 según el censo agrario; 910.000 declarantes agrarios en IRPF; 582.095 perceptores de las ayudas directas de Política Agraria Común (PAC); 456.000 explotaciones con orientación comercial según la Red Contable Agraria (RECAN), o los 120.000 solicitantes de la Devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos.
Sin escoger entre todas estas cifras dispares, Ignacio Atance concluye que solo “unas 100.000 explotaciones son responsables de aproximadamente el 70% de la producción (y, por tanto, relevantes en términos de costes, precios, competitividad), siendo un tercio sociedades y estando los otros dos tercios en manos de personas físicas, con aproximadamente tantos titulares de menos de 40 años como de más de 65.”
En Francia, los perceptores PAC en el 2023 fueron 315.164 solicitudes, lo que representó una reducción del 6,7% con respecto a 2022, para una superficie agraria de 27,5 millones de hectáreas. Menos explotaciones, más superficie, lo que significa una agricultura más profesional.
Poco a poco, en nuestro país, las ayudas se van concentrando en los agricultores más profesionales
Recuerdo un comunicado del sindicato agrario COAG destacando “el perfil" del perceptor de ayudas. Aunque en nuestro país hay más de 900.000 perceptores, los datos de la Seguridad Social, Encuesta de Población Activa y Fondo de Garantía Agraria (FEGA) nos dicen que no hay más de 350.000 agricultores profesionales. “Este hecho perjudica a los agricultores y ganaderos profesionales de nuestro país porque las ayudas se diluyen, derivándose de forma indiscriminada a quienes no tienen la agricultura como actividad preferente”.
Poco a poco, en nuestro país, las ayudas se van concentrando en los agricultores más profesionales. El tema de los jubilados es de una enorme sensibilidad política.
La PAC debe ser una política de ayudas a la agricultura profesional. Aquí y ahora debe acompañar a los agricultores activos en la transición agroecológica. Como no hay agricultura verde en números rojos, y como la alimentación tiene carácter estratégico como lo tiene la autonomía alimentaria, tiene aquí un campo especifico importante.
Los jubilados agrarios
Entre otros factores que explican las diferencias con Francia, cabe destacar que los jubilados no pueden ser beneficiarios de estas ayudas en el vecino país galo. Esto es lo que propone la Comisión Europea en su propuesta de nueva PAC 2028-2035, pero retrasándolo al último año del periodo de programación, al año 2035.
Las jubilaciones agrarias en nuestro país están entre las más bajas. Según datos de 2022 del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), los trabajadores agrícolas autónomos cobraban alrededor de 665,50 €/mes y los trabajadores agrícolas asalariados (Régimen General), unos 676,89 €/mes. Esto representa una pensión en torno a un 51% por debajo de la media del Régimen General, que en ese año fue de 1 396,22 €/mes.
Las ayudas PAC, por lo tanto, cubren para una gran parte de este colectivo una función importante, una paga extra muy bienvenida. Nadie puede, en este contexto, reprochar a nuestros políticos que no entren en este tema como elefante en una cacharrería, teniendo en cuanta además que la distribución geográfica de estos jubilados no es uniforme, lo que aumenta la sensibilidad política del asunto.
Con un tema tan sensible, política y socialmente, suele ser urgente darse prisa lentamente. Esto es lo que está ocurriendo con la evolución que estamos comentando de las solicitudes de ayudas agrarias, darle tiempo al tiempo para que lo necesario se vuelva posible.