El Gran Teatre del Liceu ha acogido un diálogo sobre la inteligencia artificial (IA) y su papel definitorio en el nuevo orden global. En una jornada organizada por la revista Forbes, expertos en geopolítica, seguridad y tecnología han debatido sobre cómo esta tecnología está reconfigurando las relaciones de poder entre naciones, con Europa en una posición de incertidumbre y con China y Estados Unidos como claros contendientes por la hegemonía.

El debate, que ha recorrido desde los peligros en la defensa hasta las oportunidades en la gobernanza ha dejado una conclusión clara: quien controle la IA impondrá las reglas del juego en las próximas décadas. La sesión se ha abierto con un análisis contundente del nuevo panorama internacional. Pol Morillas, director del CIDOB, ha señalado con preocupación la posición europea.

"Europa ha confiado demasiado en el poder regulatorio y en la lógica de su pasado para intentar condicionar al resto del mundo", afirma el experto en relaciones internacionales. Su visión apunta a un continente que, aunque potente en la creación de normas, corre el riesgo de quedarse desconectado de la carrera tecnológica que impulsa la economía y la influencia geopolítica.

Esta carrera, según ha expuesto el periodista y fundador de Compass Spain, Sergi Vicente, tiene dos claros líderes. "China ha entendido desde hace muchos años que viene una revolución tecnológica", asegura Vicente, y remarca que, junto con Estados Unidos, son "los dos actores que liderarán el mundo dentro del contexto de esta revolución". Vicente se ha mostrado pesimista sobre la capacidad de otras regiones para competir, afirmando que, más allá de estos dos gigantes, "nadie se atreve a hacer grandes políticas para un reto mayúsculo de estas características".

La voz de Alejandro Page, vicepresidente de General Dynamics, una importante empresa contratista de defensa, ha dado una dimensión práctica y urgente a esta competencia.

"Quien tiene la tecnología impone las reglas", sentencia. Page defiende que, para hacer frente al duopolio chino-estadounidense, "Europa debe fomentar la cooperación" entre los Estados miembros y el sector privado. No obstante, el directivo de General Dynamics también ha alertado sobre el alto riesgo inherente a este campo: "Un error de la IA en defensa puede tener graves consecuencias".

La IA en la seguridad: entre la oportunidad y la amenaza

Precisamente la gestión de estos riesgos y oportunidades en el ámbito de la seguridad ha encontrado su voz en Josep Lluís Trapero, director general de los Mossos d'Esquadra. Trapero ha expuesto una visión equilibrada y práctica sobre la implantación de la tecnología en los cuerpos policiales. "El uso de una tecnología como la inteligencia artificial es una oportunidad, pero a la vez una amenaza", reconoce.

Su mensaje central ha sido que la tecnología debe estar al servicio del ser humano, y no al revés. "La inteligencia artificial nos debe ofrecer mayor capacidad de análisis para que el ser humano tome decisiones justas y por encima de la tecnología", afirma. En este sentido, Trapero establece un criterio claro para su adopción: "Todo lo que no sea una tecnología que impacte de forma positiva en el ciudadano es cuestionable".

Más allá del ChatGPT

En un terreno más conceptual, Nacho de Pinedo, CEO de ISDI, ha querido poner en contexto la euforia actual en torno a la IA. De Pinedo ha recordado al público asistente a la jornada que "la inteligencia artificial no es toda la inteligencia que domina el ser humano", sino una herramienta específica y potente, pero limitada.

La explicación al éxito de herramientas como ChatGPT, según De Pinedo, radica en su accesibilidad. "ChatGPT ha superado todas las expectativas porque no tiene barrera de acceso", considera. Esta democratización del acceso es lo que, en última instancia, ha puesto la IA en el centro del debate público y empresarial.

La jornada en el Liceu ha servido como termómetro de una realidad ineludible. La inteligencia artificial ha dejado de ser un asunto de laboratorio para convertirse en el eje central sobre el que gira la competencia económica, la seguridad nacional y la gobernanza global. Y mientras los expertos alertan de que el tablero ya se ha redibujado, la pregunta que planea sobre Europa es si será capaz de pasar de la regulación a la acción para asegurarse un lugar en este nuevo mundo.