Los valores medianos y pequeños de las Bolsas no están contando con el apoyo de los inversores. Ocurre en todos los países y en el mercado español se refleja en la evolución de los Ibex: el Ibex 35 gana en un año el 20%, el Ibex small caps solo sube el 0,77%, mientras que el Ibex médium caps está en negativo (-2,8%). Sin embargo, los analistas creen que ya es el momento de empezar a posicionarse en estas compañías. La primera razón es que están muy baratas respecto a las compañías de mayor valor bursátil (capitalización).

Dimitrije M. Mitrinovic, gestor de renta variable de Capital Group, explica que “el índice MSCI ACWI Small Cap cotiza actualmente cerca de su nivel más bajo en veinte años en términos relativos frente a las compañías de gran capitalización”. Marta Díaz-Bajo, socia directora de atl Capital, indica que el índice estadounidense Russell 2000, que recoge el comportamiento de las dos mil compañías americanas de menor tamaño, “ha multiplicado su valor casi al doble en diez años, algo puede considerarse una buena rentabilidad. Sin embargo, esta rentabilidad parece bastante pobre cuando se compara con la del Nasdaq 100, que multiplica por más de 5 veces su valor”, concluye.

En Europa también les ha ido mal a las acciones más modestas en los últimos años, aunque por lo general, suelen ser más rentables que las grandes. En los últimos 3 años t han sido ignoradas y aquí nos encontramos el primer trienio donde las pequeñas se quedan atrás, lo que apenas resta a un fantástico comportamiento relativo en todo este siglo XXI. El Euro Stoxx 50 multiplica su valor por 1,9 veces desde el 1 de enero del 2001, el MSCI Europe y el Stoxx Europe 600, referencias de la mayoría de los fondos de renta variable europea de grandes compañías, valen 2,5 veces más y el MSCI Europe Small caps ha multiplicado por más de 5 veces.

"Las pequeñas y medianas empresas están infravaloradas. En los últimos 25 años, han superado al mercado en una media del 2,7%"

Una idea en la que abunda Helen Jewell, directora de Inversiones de BlackRock Fundamental Equities: “Creemos que las pequeñas y medianas empresas están infravaloradas. En los últimos 25 años, las empresas de pequeña capitalización han superado al mercado en general en una media del 2,7% anual (índices MSCI). Las empresas mundiales de pequeña capitalización cotizan con un descuento de alrededor del 26% respecto a las empresas de gran capitalización, frente a una prima histórica de alrededor del 10%”, indica.

Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4 considera que en el mercado español hay muchas joyas de pequeña y mediana capitalización que “ofrecen precios muy atractivos y que el inversor les ha dado las espalda en los últimos años”. Y añade: “la esperada mejora del ciclo manufacturero en Europa, que ya se ha visto en Estados Unidos, permitirá que estos valores más pequeños tomen el relevo en la subida de la Bolsa”, concluye.

Incluso hay algún argumento más para esperar que, por fin, estas compañías más pequeñas tengan un buen 2024 desde el punto de vista de la rentabilidad. Pierre Debru, responsable de Investigación Cuantitativa y Soluciones de Multiactivos en WisdomTree, se refiere al comportamiento de estos valores cuando es año electoral en Estados Unidos como el actual: “por término medio, las acciones de baja capitalización tienen un rendimiento superior al mercado, mientras que las de gran capitalización en su mayoría igualan al mercado. Esto crea una diferencia del rendimiento del 2,4% a favor de las pequeñas capitalizaciones en un año promedio. En los años de elecciones presidenciales, este diferencial aumenta casi un 3%, hasta el 5,3%. La razón es que las bajas capitalizaciones lo hacen mucho mejor de lo habitual”, concluye.

Vientos a favor

Los analistas están esperando a que empiecen a soplar vientos a favor para que estas compañías retomen la senda de la rentabilidad. Sería, en todo caso, que desaparezcan los factores que han alejado a los inversores de estos títulos: elevada inflación, subida de los tipos de interés y temor a una recesión económica. Mark Sherlock, responsable de renta variable estadounidense en Federated Hermes Limited indica que “las empresas de menor capitalización suelen estar más endeudadas que las de mayor capitalización y tienen menos acceso a la financiación. Sin embargo, desde hace algún tiempo se habla de una posible recesión en Estados Unidos y las empresas de menor capitalización han actuado con anticipación cancelando su deuda a tasas de interés más bajas, recortando costos no esenciales, reduciendo inventarios y personal”, explica.

Además, la recesión no ha llegado a las economías tal y como se esperaba para 2023. El consenso apunta más a un aterrizaje suave que en el caso de Estados Unidos se concretaría en crecimientos del PIB por encima del 2% para este año.  La clave será centrarse en aquellas empresas de calidad de menor capitalización con fuertes barreras de entrada y poder de fijación de precios, balances sólidos y operaciones generadoras de efectivo. Mark Sherlock añade que “a medida que el consenso avance hacia una visión más benigna de la economía subyacente, esperamos que se beneficie un conjunto más amplio de empresas y que cambie el liderazgo del mercado dentro del índice”, concluye.

Otro dinamizador de estas compañías es la vuelta de las salidas a bolsa, que habían caído en picado y podrían retomar su curso y ofrecer así una nueva variedad de oportunidades a estos valores.

Los analistas creen que en este tipo de valores se hace aún más imprescindible una cuidada selección a la hora de invertir. Por ejemplo Marta Díaz-Bajo indica que la inversión en pequeñas compañías “seguramente nos aporte a largo plazo un extra de rentabilidad, pero es una inversión muy volátil. Conviene acotar el riesgo limitando la exposición. Algo sensato es tener en medianas y pequeñas compañías un 20% de nuestra exposición a renta variable y, en cada fondo de este tipo, no superar el 5%”, concluye. Y Helen Jewell refuerza este punto de vista: “las recompensas por el éxito pueden ser elevadas, pero el castigo por la decepción puede ser severo. Históricamente ha habido más dispersión en el universo de las pequeñas compañías que entre las compañías de gran capitalización. La selección es clave”, explica.