Banco Santander se ha desplomado un 5% en la Bolsa española tras la publicación del Financial Times que apunta a un incumplimiento de las normas de Estados Unidos sobre sanciones a Irán. La entidad ha desmentido la información publicada por el diario británico, que señala al banco que preside Ana Botín y al banco Lloyds por haber dejado utilizar al país asiático cuentas británicas para evitar sanciones internacionales.

"Banco Santander no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros de acuerdo con nuestra investigación", ha explicado un portavoz de la entidad financiera a Europa Press. "El banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones. Santander continuará colaborando proactivamente con las autoridades británicas y estadounidenses pertinentes", han añadido.

La investigación del diario económico británico aseguraba que tanto la filial británica del banco español como el banco británico Lloyds proporcionaron cuentas a empresas propiedad de Petrochemical Commercial Company, que pertenece al gobierno iraní. Estados Unidos acusa a la petroquímica de haber recaudado fondos para una diviisión de la Guardia Revolucionaria de Irán, Fuerza Quds. Lloyds Banking Group declaró que no podía hacer declaraciones sobre clientes concretos, pero que cumplía con las leyes de sanciones. "Debido a restricciones legales, no podemos hablar sobre la presentación de informes de actividades sospechosas a las autoridades pertinentes cuando y si se producen", añadió el banco.

La caída del banco español en Bolsa, cuya acción vale 3,68 euros, 19 céntimos menos que al cierre de la sesión del viernes, ha sido la más pronunciada de un IBEX que ha reculado un 1,2%. La semana pasada, el banco presentó unos resultados récord en 2023 al ganar 11.076 millones de euros, una cifra nunca antes alcanzada. El beneficio, que es un 15% más que en 2022, hubiera sido mucho mayor sin el impuesto extraordinario a la banca que ha pagado España, que contabilizó en el primer trimestre y ascendió a 224 millones de euros

Según la investigación del diario económico, ambos bancos proporcionaron cuentas a empresas que eran propiedad de Petrochemical Commercial Company, una firma propiedad de Irán. Estados Unidos ha acusado a dicha compañía de haber recaudado fondos para la Fuerza Quds, una división de la Guardia Revolucionaria de Irán. El país utilizaba estas empresas, y a los bancos, para mover dinero por todo el mundo de forma encubierta con tal de eludir las sanciones. 

Una petroquímica en el punto de mira

La petroquímica recibe sanciones estadounidenses desde noviembre de 2018, pero a través de otra empresa vinculada consiguió operar en los bancos británicos. Para ello, tal y como muestran algunos documentos citados por el rotativo, utilizaba empresas pantalla en Gran Bretala y otros países. 

Las informaciones salen a la luz justo en un momento de escalada entre Estados Unidos e Irán, a quien la administración de Biden acussa de estar detrás de los rebeldes hutíes de Yemen que han lanzado ataques en el Mar Rojo contra bancos occidentales y estadounidenses. Esta semana, Reino Unido y Estados Unidos han impuesto nuevas sanciones.

Los bancos británicos habrían sido utilizados para recibir fondos de empresas pantallas iraníes en China, que ocultaban su titularidad mediante "acuerdos fiduciarios" y consejeros nominales. Una de estas empresas, Pisco UK, está registrada a nombre de una casa unifamiliar en Surrey y utilizaba una cuenta comercial en Santander UK.

Aunque el registro mercantil británico reconoce Pisco UK como propiedad de un ciudadano británico llamado Abdollah-Siauash Fahimi, algunos documentos internos filtrados por el sitio web de la oposición iraní WikiIran, muestran que Pisco está bajo el control de PCC y que Fahimi firmó un acuerdo para ser propietario de la empresa en fideicomiso en su nombre.