Los precios de los alimentos en Gran Bretaña aumentaron una cantidad récord durante los últimos 12 meses, pero los precios más bajos están al horizonte, ofreciendo un poco de alivio a los consumidores estrechos, según ha informado el British Retail Consortium (BRC). El BRC, que representa a 5.000 minoristas, incluidos supermercados, dijo que los precios de los alimentos entre sus miembros se dispararon un 15,7% el año hasta abril, el mayor aumento de los registros que se remonta al 2005, después de un aumento del 15% el año hasta marzo.
Los granos de café y el envasado y la producción de platos preparados aumentaron la inflación de los alimentos, pero los precios de la mantequilla y el aceite vegetal cayeron. "Tendríamos que empezar a ver que los precios de los alimentos bajan en los próximos meses a medida que se filtran el recorte de los precios al por mayor y otras presiones de costes", dijo la directora ejecutiva de BRC, Helen Dickinson.
El efecto de la inflación y la tormenta perfecta que se arrastra desde la guerra de Ucrania no cesa y, especialmente, el mercado británico y de los países de la Europa del este ya están viendo cómo algunos de los productos habituales que compran en el supermercado están agotados. Según un nuevo estudio d'Anne-Marie Roerink de 210 Analytics, la inflación, las sanciones laborales rusas y otros problemas de la cadena de suministro seguirán afectando a la comercialización minorista de productos. El agotamiento de stocks probablemente seguirá siendo un problema en el futuro, ampliando los problemas del 2022, cuando, especialmente, el surtido fresco, congelado y estable fueron inferiores a los de 2021.
Pero el problema ha crecido y productos como el café, el kétchup, la pasta de dientes, la cerveza y otros alimentos básicos no vinculados a la cadena de productos frescos, también son escasos o nulos en muchos puntos de venta. Casi la mitad de los británicos han dicho que están comprando menos alimentos de lo normal y que los precios de los alimentos están vinculados a las facturas de energía como principal preocupación de los británicos, según la Oficina Nacional de Estadística.
¿Puede pasar lo mismo aquí?
Este estímulo negativo se percibe en muchos países de la Unión Europea, pero en menor medida. A modo de ejemplo, el gobierno francés se ha comprometido a tomar medidas contra los minoristas de alimentos que no consiguen repercutir los precios al por mayor más bajos a los consumidores. Y en España, las políticas de reducción o supresión del IVA aplicadas a ciertos productos básicos de la cesta de la compra, tampoco ha dado los resultados esperados. Además, la suma de problemas se va encadenando y la sequía también puede provocar otras derivadas en los productos de proximidad.
En las últimas semanas, se ha centrado la atención en los huevos y, desde Unió de Pagesos también advierten del peligro de la ganadería, sobre todo en vacas de leche y carne, que sin paja ni agua no pueden seguir manteniéndolas, tal como nos adelantaron para ON ECONOMIA. De momento, queda en la amenaza, aunque todavía no se ha extendido la problemática de los países vecinos