La sequía tiene consecuencias económicas en ámbitos que van más allá de la agricultura de regadío y secano. Los que ya llevan días avisando de una crisis sin precedentes son los ganaderos. El Canal de Urgell ha cerrado el grifo y el Canal de Aragón y Catalunya pone unas restricciones tan fuertes que hacen imposible contar con dos alimentos indispensables para el sector animal: la paja para las camas y, sobre todo, el agua. En este sentido, la importancia de la ganadería de vacuno y leche de vaca están al límite.

Colapso en pocos meses

La Unió de Pagesos también alerta de la situación: "Estamos colgando de un hilo. Si no podemos alimentar las vacas las tendremos que traer al matadero y para recuperarse, posteriormente, será demasiado difícil", nos aseguran para ON ECONOMIA desde esta asociación. Hay que recordar que, en el caso de las vacas por leche todavía puede ser más problemático ya que para que una dé, una vaca necesita como mínimo cinco años de vida. Pero si no pueden alimentarlas ni cuidarlas tendrán que sacrificarlas y los mataderos de las comarcas de Lleida ya prevén "un colapso en sus centros en pocos meses".

ganadería idescat
Impacto de la ganadería / Idescat

La ganadería por explotaciones

Si nos centramos en el mapa, el Segrià es la primera comarca con más explotaciones ganaderas de toda Catalunya (697). Si repasamos el resto de comarcas leridanas, la importancia de la ganadería también es muy importante: la Noguera (312 explotaciones); el Berguedà (274); la Segarra (114); Garrigues (156); Urgell (128); Alt Urgell (240); Solsonès (152); Pla d'Urgell (98); Pallars Jussà (109); Cerdanya (211); Pallars Sobirà (139); Val d'Aran (24); Alta Ribagorça (45). Si vamos a las explotaciones por producción y reproducción, que es la afectada, el total en Catalunya son 4.905. Y de estas, las comarcas leridanas representan más de la mitad, con más de 2.500. Por eso, para sumar más problemas, la sequía afecta a una zona básica para este sector primario.

El mercado árabe irrumpe con fuerza

La derivada al empobrecimiento del negocio también se puede repercutir en los mercados ya que puede disminuir la carne de esta procedencia, pero no la necesidad de buscar otros mercados. Uno de los que irrumpe es el árabe que tiene una fuerza económica mayor para comprar las fibras que necesite para la subsistencia de sus animales y acabará encareciendo, también por la crisis, el precio final donde hay que sumar ahora una necesidad más agravada para importar carne y leche de vaca. La tendencia a que este mercado cada vez lo lidere más el mundo árabe ya se viene dando desde la pandemia y cualquier crisis que pone en peligro la estabilidad de otras zonas, tradicionalmente, con más experiencia.

A modo de ejemplo, la Unión de los Emirates Árabes importaron 4.500 vacas lecheras del Uruguay como parte de una campaña para aumentar la seguridad alimentaria con el coronavirus que perturbaba las cadenas de suministro mundiales. Los EAU y la mayoría de los otros estados del Golfo importan la mayor parte de sus alimentos, en gran parte porque sus climas áridos dificultan el cultivo y el ganado. También dependen de suministros en el extranjero de productos médicos, de consumo e industriales para mantener las poblaciones. Progresivamente y, sin problemas económicos, se han ido haciendo suyo el sector y ahora son los que empiezan a dominar el mostrador global.

Delante de este escenario, esta semana, varias organizaciones agrarias, ganaderas y el tejido económico y empresarial de Lleida han hecho un frente común para exigir a la administración un plan de choque con ayudas directas, a corto plazo, para "sobrevivir" a las "pérdidas" ocasionadas por la sequía, y un plan de financiación, a largo plazo, para modernizar los regadíos".

Ayudas insuficientes

De momento, el Ministerio de Hacienda ha elevado del 15% al 25% la reducción sobre el rendimiento neto de módulos del IRPF para el ejercicio 2022 a las actividades agrícolas, ganaderas y forestales para paliar "el fuerte incremento de los costes soportados" a consecuencia de la guerra en Ucrania, y el impacto de la sequía. La disposición afecta a unos 800.000 agricultores y ganaderos de todo el Estado y representa una reducción de la base imponible de 1.807 millones de euros, el mayor de los últimos diez años, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Medidas que consideran insuficientes teniendo en cuenta que la excepcionalidad es mayúscula: el Canal de Urgell ha cerrado después de 162 años y afecta a un sector, ganadero y agrícola, que representa al 20% del PIB económico de toda Lleida.