Desde la pandemia se han disparado los puestos de trabajo de alta cualificación ligados a la ciencia y la tecnología y, sin embargo, el número de vocaciones en este tipo de estudios no crece al ritmo necesario. Se podría decir que estamos ante la tormenta perfecta que conlleva que en España se queden unos 120.000 puestos sin cubrir cada año en los sectores conocidos como STEM (por sus siglas en inglés): Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. A lo que se suma que, puesto que el incremento de ofertas de trabajo en estos sectores es universal, el problema para la industria española ya no es atraer el talento, sino retenerlo.

Por la parte de las vocaciones, los últimos datos que maneja la OCDE son preocupantes, pues entre 2015 y 2020 el peso de los estudiantes en estas carreras de alta cualificación de ciencia y tecnología ha disminuido sobre el  total de los universitarios, mientras que en la Unión Europea ha aumentado. Así, en el conjunto de las carreras STEM, España ha pasado de tener el 26% de los universitarios STEM al 24% en cinco años. Por el contrario, en la Unión Europea ha crecido 1 punto porcentual (pp), desde el 27% en 2015 al 28% en 2020.

Por carreras, el peso de los universitarios en TIC (Tecnología de la Información y las Comunicaciones) ha crecido 1 pp, del 5% al 6% (igual que en la Unión Europea); en ciencias ha caído 1 pp en España, del 6% al 5%, mientras que en la UE sube 1 pp, del 6% al 7% y en ingenierías es donde se produce una mayor reducción, del 15% del total de los universitarios en 2015 al 13% en 2020. En la UE también se ha producido un descenso en este quinquenio, aunque de 1 pp, del 16% al 15%.

En los últimos dos años se ha producido un repunte en los profesionales, según la EPA que calcula que en 2022 la población entre 16 y más años con una formación de TIC (universitarios y FP) ha crecido casi un 9,5% respecto al año anterior, hasta 960.000 personas, aunque en ciencias desciende en unos 13.000, a un total de 786.000 profesionales. Aun así, siguen siendo insuficientes, pues según la estadística, los formados en TIC suponen el 2,4% de la población de más de 16 años y los de ciencia, el 1,97%. Muy por debajo de lo que demanda la economía española.

Elena Díaz-Alejo, presidenta de la Comisión de Desarrollo de Talento Digital de la patronal Ametic (industria digital), insiste en que la demanda de plazas en las carreras STEM ha descendido en la última década un 30% e incide en la necesidad de aumentar las vocaciones, especialmente entre las mujeres, que suponen el 33% de las estudiantes universitarios de STEM en España, según la OCDE. Porque tienen una cierta aversión por las ingenierías y, como ejemplo, Díaz-Alejo resalta que en los años ochenta del siglo pasado cuando la informática no era una ingeniería, sino una FP superior, el porcentaje de chicas era del 40%, que se redujo al 10% cuando se elevó al rango universitario.

Según los datos del Ministerio de Educación, en el periodo entre 2010 y 2018 los estudiantes de ingeniería y arquitectura han descendido un 28% (el 33% las mujeres y el 26% los hombres) y en ciencias la bajada ha sido del 3% (-11% las mujeres y un crecimiento del 6% los hombres). Como ejemplo, en 2005 se licenciaron 42.509 ingenieros y arquitectos; creció a 49.569 en 2015, se derrumbó a 30.101 en 2019 y repuntó ligeramente a 31.367 en 2020, último dato disponible, aunque cabe esperar que siga al alza en estos tres últimos años.

Dificultad para retener el talento

La ingeniera, que desarrolla su labor profesional en Samsung, declara que recuperar los universitarios de hace 15 o 20 años en estas carreras se ha convertido en una cuestión de vida o muerte para el sector digital español: “nos quedamos fuera si no tenemos ingenieros”, resalta. De momento, el sector calcula que se quedan sin cubrir unas 120.000 plazas cada año en España y que el déficit de empleos desiertos en el conjunto de la Unión Europea supera el millón. Sin embargo, aunque es acuciante resolver la falta de nuevos profesionales, lo es más su macha: “el problema más grave que tiene la industria es retener a los trabajadores en España”, remarca la presidenta de la Comisión del talento de Ametic.

Desde esta patronal se impulsan las vocaciones STEM para lo cual participan en la Alianza STEAM del Ministerio de Educación y Formación Profesional formada en 2021 y colaboran con el Colegio de Ingenieros en programa de mentoring para universitarias de los últimos años. Sin embargo, Díaz-Alejo considera prioritario aunar los esfuerzos en iniciativas más globales, sumando las acciones de la industria privada y las públicas.

Trabajo en abundancia y de calidad

Uno de los principales argumentos para atraer más alumnos a estas carreras científicas y tecnológicas es la oferta laboral que ofrecen -en cantidad y en calidad-, que como se nota por el aumento de matriculaciones está dando resultados. Sobre la cantidad de empleo, los datos de afiliación son contundes, pues en TIC ha crecido un 21,6% desde la pandemia, frente a la subida media del 6,4% de la afiliación total. Eso supone que este sector ha generado en estos tres años 124.378 empleos. El segundo sector con mayor crecimiento es la otra pata del STEM, las actividades profesionales, científicas y tecnológicas, que aumentan sus afiliados un 12,8% y generan 138.875 empleos desde febrero de 2020. Cursar, pues, estos estudios es sinónimo de empleo a corto plazo, pues si la tasa de empleo es del 51%, en TIC es del 80,5%, la más alta de todas las formaciones, y las ciencias naturales, químicas, físicas y matemáticas del 71%.

Joan Ruiz, executive manager de LHH Recruitment Solutions / Grupo Adecco, señala que desde esta década se ha experimentado una tendencia exponencial por parte de las empresas en incorporar perfiles STEM a sus plantillas, “independientemente del sector al que pertenezcan dichas empresas o de su tamaño”. Así, la digitalización ha generado un impacto directo en el entramado empresarial, y como consecuencia se han generado nuevos puestos de trabajo de perfiles con los que las compañías no contaban anteriormente. Desde Adecco señalan que los profesiones más demandadas dentro de STEM son las de programador, analista y gestor de datos, profesionales del campo de la electrónica, ingenieros de diseño de innovación y desarrollo, profesionales especializados en la dirección de obra dentro del sector de la construcción, científicos e investigadores de innovación y desarrollo para el sector farmacéutico y médicos especialistas.

Unos empleos de calidad, pues como señala Ruiz, los perfiles técnicos presentan una diferencia salarial considerable, más notable en los perfiles juniors que gozan, en términos generales, de un rango salarial superior al resto de los trabajadores jóvenes. Y señala que las buenas condiciones salariales y la alta empleabilidad ha generado un aumento significativo en los dos últimos años del número de matriculaciones tanto en cursos de FP como en carreras universitarias dentro de los campos de STEM.